La carretera que une Cádiz y San Fernando estará completamente iluminada cuando la compañía dé la autorización. :: ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

Un trámite de Endesa mantiene a oscuras la autovía de San Fernando

Fomento garantiza que toda la obra está lista y ya se ha firmado el acuerdo con los ayuntamientos que pagarán el suministro

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hace una semana que la autovía que une Cádiz y San Fernando tendría que haber estado iluminada, pero aún no ha prendido ninguna la farola. Ése fue el compromiso de Fomento después de que un joven motorista isleño perdiera la vida a finales del pasado enero. Ya un mes antes había fallecido un ciclista atropellado por otro vehículo que no lo vio.

Al parecer, el motivo se debe a un trámite con Sevillana-Endesa que aún no se ha solucionado. Según confirmó ayer a este medio el presidente de la Comisión de Fomento en el Congreso, Salvador de la Encina, «hace falta el descargo de la línea por parte de la compañía de suministros y aún no se ha procedido». En lo que respecta a la obra, el diputado socialista indicó que «todos los trabajos están finalizados» y fue precisamente con esa seguridad con la que dio el plazo de dos semanas para que la CA-33 tuviera luz.

Ayer mismo volvió a consultar a los técnicos de Sevillana para pedirle una «mayor celeridad» en el trámite y autorizar el alumbrado. «Llevamos semanas con la obra lista, que ha costado más de 1,5 millones de euros y vamos a hacer lo posible para que se aceleren los pasos», se comprometió.

Según dijo, se envió la solicitud de descargo de la línea el mismo día en que hizo el anuncio y lo que esperaba entonces es que tardaría dos semanas.

Ya se ha llegado a un acuerdo con los ayuntamientos de Cádiz y San Fernando para que asuman el gasto del suministro. Ambos han sido receptivos a esta iniciativa y han firmado los documentos para hacerse cargo del pago, según han confirmaron ayer los dos consistorios, que empezarán a abonar las facturas correspondientes cuando se dé la autorización.

Compromiso municipal

Tanto uno como otro han considerado necesaria esta iluminación dado el nivel de siniestralidad de la vía. Ya hace casi tres de años se limitó la velocidad a 80 kilómetros por hora en la curva de Torregorda, pero no fue suficiente y este punto seguía apareciendo entre los tramos de concentración de accidentes. Luego se colocaron señales luminosas y, por último, se instaló un radar que fue lo único que consiguió frenar a los conductores.

Desde 2007 se han producido una decena de accidentes en el entorno del kilómetro 5,8 donde falleció la última víctima. Unos seis siniestros de consideración se produjeron a lo largo del año fatídico 2009 y la mayoría fue también en las cercanías de ese punto que en 2010 volvió a asistir a dos nuevos choques de gravedad pero sin víctimas. Por ello, ha pasado a ser una carretera conflictiva para los conductores gaditanos, a pesar de que para el Real Automóvil Club Catalán (RACC) el riesgo de accidente en esta autovía sea bajo ya que anualmente recoge una media de 19,33 millones de desplazamientos produciéndose en él una media de cinco muertos o heridos graves cada año.