Editorial

Pacto industrial

El mantenimiento concertado de Nissan en Barcelona es un ejemplo de flexibilización laboral ante las dificultades económicas

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El acuerdo alcanzado para asegurar la continuidad y el empleo de las factorías que Nissan posee en Barcelona puede constituir una referencia ineludible de cara a la flexibilización de las relaciones laborales y a su adecuación a los requisitos de productividad y competitividad que comporta la economía global. Las fábricas de la Zona Franca y de Montcada i Reixach han sido objeto de un compromiso a tres bandas, de modo que el Ministerio de Industria asume el coste de la adaptación de las cadenas de montaje para la fabricación de una nueva furgoneta, la empresa asegura su producción en Cataluña y los trabajadores aceptan dedicar más horas sujetándose a las necesidades de la demanda temporal en condiciones de práctica congelación salarial durante los dos próximos años. La postura favorable al acuerdo de UGT y USO ha sido contestada por CC OO, que interpreta el pacto como consecuencia de un «chantaje» empresarial que comprometería el futuro de los derechos laborales en la industria. La advertencia de Comisiones ha de ser tenida en cuenta, puesto que nuestro país ha padecido ya demasiados casos en los que la amenaza de la deslocalización de plantas industriales recabó esfuerzos públicos y compromisos sindicales que acabaron siendo infructuosos. Pero el acuerdo entre Nissan e Industria, refrendado por los empleados de ambas factorías barcelonesas, parece suficientemente sólido como para convertirlo, más que en una excepción a prueba, en un ejemplo de interés a la hora de idear fórmulas que propicien una modificación real de los paradigmas en los que se ha basado la negociación colectiva hasta la fecha. Un modelo que no solo puede servir para evitar el mal mayor, que es la deslocalización de las plantas instaladas por compañías transnacionales en nuestro país. Podría ser útil también para asegurar la pervivencia y el desarrollo de pequeñas y medianas empresas cuya viabilidad o consolidación dependan de un pacto a medio y largo plazo, incentivado por el esfuerzo público, que garantice puestos de trabajo a cambio de la contención salarial y de una mayor productividad.