Rodríguez Zapatero, en un momento del discurso. :: EFE
ESPAÑA

«La memoria de las víctimas no se extinguirá»

El presidente del Gobierno rinde homenaje a los miembros de las fuerzas de seguridad caídos en servicio

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno cuenta con el respaldo pleno del principal partido de la oposición en su estrategia antiterrorista, está en plena sintonía con el PNV y ni una sola fuerza parlamentaria discrepa de sus planteamientos, pero aún tiene trabajo que hacer con las víctimas de ETA. El presidente del Gobierno aprovechó ayer el acto anual de homenaje a los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado fallecidos en acto de servicio para lanzar una promesa. «Llegará el fin de la violencia de ETA, pero la memoria de las víctimas no se extinguirá», dijo.

Entre los 14 homenajeados había esta vez un único asesinado por la organización criminal, el gendarme francés Jean-Serge Nerin, muerto el pasado marzo tras recibir los disparos de los terroristas que robaban coches de un concesionario en Villiers-en-Biére, a las afueras de París. «Le tenemos por uno de los nuestros porque era, como estos lo son, un gran profesional que trabajaba por su país y por el bienestar de los demás, incluso a riesgo de perder la vida a manos de cualquier desalmado como a él le ocurrió», reconoció Zapatero.

La presencia del cuñado y el hijo de quien, al fin y al cabo, ha sido la única víctima de ETA en más de año y medio -desde que en agosto de 2009 asesinara en Mallorca a los guardias civiles Diego Salvá y Carlos Sáez de Tejada- dieron pie al jefe del Ejecutivo para hacer una referencia al escenario abierto por el último comunicado etarra y para comprometerse con la línea de actuación desarrollada durante esta legislatura.

«Si permanecemos unidos como sociedad, con firmeza y con determinación, en defensa de nuestra democracia y nuestros valores, apoyando a las fuerzas y cuerpos de seguridad en el buen trabajo que hacen, el fin definitivo de la violencia llegará», aseveró.

El breve y solemne acto, celebrado como cada año desde 2008 en el palacio de la Moncloa, también contó con un escueto discurso del vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien optó por hacer una referencia más lacónica e indirecta a la posición de la organización criminal.

Tiempo de ideales

El jefe de las fuerzas de seguridad defendió que ahora, «en estos tiempos de incertidumbres y dificultades», es más necesario que nunca recordar a quienes han dado su vida en cumplimiento del deber. «Hay quien dice que son poco propicios para los ideales, pero yo creo que se equivocan. Ellos trabajaron por la esperanza de un país en paz y por un país más seguro; hagamos justicia a esos ideales porque solo así seremos dignos de su memoria», reclamó.

Como símbolo de reconocimiento, los familiares de los fallecidos recibieron un documento oficial y una placa. Fueron algo más de una docena, entre ellas, las de los agentes destinados en misiones en el exterior fallecidos como la subinspectora de Policía Rosa Crespo Biel, víctima del trágico terremoto que hace justo un año asoló Haití; el capitán de la Guardia Civil José María Galera Córdoba y el alférez Abraham Leoncio Bravo, asesinados en Afganistán el pasado agosto.

En el acto también estuvieron presentes la ministra de Defensa, Carme Chacón, y el de Presidencia, Ramón Jáuregui, además de representantes de las principales instituciones del Estado.