No se le echará de menos

Se convocarán elecciones y no se presentará a la reelección. Pocos, y creo no equivocarme, le echarán de menos. La penúltima, porque de aquí hasta que se mantenga en el cargo puede seguir dando el cante, ha sido la petición, que parece haber pasado de largo con toda la carga que tiene encima: «En España hay que trabajar más y ganar menos». Lo dice quien ha cerrado empresas y dejado a miles de trabajadores sin empleo. Algunos de ellos han escrito que tome de su propia medicina que «trabaje más y cobre menos».

A estas alturas del Apunte, saben que me refiero al ínclito Gerardo Díaz Ferrán, todavía presidente de la patronal CEOE. A este hombre que nos quiere atrasar, no ya las manecillas del reloj de cuco, si no los siglos. Parece que echara de menos aquellos otros tiempos en el que el trabajador vivía sin derechos, horarios interminables y escasísimos honorarios. No se acuerda el tal Ferrán de las revoluciones que nos trajeron mejor vida. Y ahora que pasamos un bache o mejor un socavón, no se le ocurre otra cosa que decir chorradas, en lugar de aportar soluciones desde su cargo.

Pero visto el percal ¿qué vamos a esperar? El que venga que sepa llevar la patronal de los empresarios sin hundir al trabajador, pues uno y otro están ¿condenados? a entenderse y a llevarse más bien que mal, ya que uno depende del otro y al revés.

La afirmación de Díaz Ferrán no se adecúa a esta sociedad democrática, donde los derechos se han ganado a pulso, y sin ponerme trágica, algunos incluso con sangre. No se entiende su forma de llevar la situación, ni se ajusta a la realidad española ni al sistema. La productividad de una empresa no pasa por aumentar el horario laboral y de paso explotar al currante. Llega por utilizar bien las capacidades formativas, las habilidades, ser resolutivos, eficaces.

El presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, tuvo un comentario sobre el asunto: «Aparte hay que estudiar y prepararse más». Lo suscribo, pero añado que sobre todo hacer las cosas bien, trabajar mejor. Como sucede con la elegancia a veces menos es más.