Sociedad

Bonald, Premio Extraordinario de las Artes Literarias

El escritor recibió en La Unión este reconocimiento en presencia de la ministra González-Sinde

LA UNIÓN. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El poeta y escritor José Manuel Caballero Bonald recibió ayer el Premio Extraordinario a las Artes Literarias de la XI Convocatoria Cultural Internacional de La Unión (Murcia) en reconocimiento a toda una trayectoria literaria.

Entre los galardones recibidos por Caballero Bonald, destaca el Premio Nacional de las Letras y el Premio Nacional de Poesía. Antes de recibir la distinción que el pueblo unionense le otorgó, brindó a un aforo completo, un recorrido sobre lo jondo a través de una retrospectiva literaria.

José Manuel Caballero Bonald expresó su gratitud por recibir esta distinción, y es que, señaló, «ser premiado en el 50 aniversario del Festival es una de mis grandes satisfacciones».

'Las Letras del Flamenco', comenzaba con un viaje imaginario, una escena de hace dos siglos: cualquier suburbio jerezano, de Triana, de Utrera o de Los Puertos gaditanos, en definitiva, cualquier barrio marginal de aquella Andalucía. Todavía más íntimo, Caballero Bonald introduce a los oyentes en una casucha humilde, donde de repente, alguien canta la historia de un pasado, compartiendo, desde lo más hondo, el sentimiento vivido.

Todo influye: el clima, la temperatura, la clase social de donde nace el quejío. Tras ello, acabada la inmersión de aquel acontecer, Bonald analizaba la escena con una reflexión: el cante primitivo que sonaba de las entrañas del cantaor de antaño, refería a episodios personales de su propia vida, algo «imborrable en su memoria», citaba el poeta.

Aquellas letras estaban asociadas a temáticas relacionadas con penalidades, con la muerte, referidas a la madre o a la compañera, y también, como no, con apelaciones a la libertad. Incidía el gran literato que las palabras que sonaban en aquella boca «cuentan lo que la historia no cuenta», expresando un sentimiento íntimo, sin retórica, sin adornos verbales, duro y desgarrador como así lo sentía.

El cantaor se hace, de este modo, cronista de su propia vida, tanto de forma particular y a la vez de manera genérica, relatando la crónica de la marginalidad de un grupo étnico: los gitanos de Andalucía. Retomaba el autor, que a veces el cantaor necesitaba beber de la literatura porque existía dentro de sí un sentimiento que él mismo no podía expresar con sus palabras, acomodando sus sentimientos con textos de un autor ajeno.

Evolución en lo jondo

Hoy se ha perdido ese contexto social donde el cantaor de la imagen ficticia creada por el poeta al comienzo de la conferencia sumergía al autor, en tanto que «ya no es posible cantar como en el siglo XIX», expresaba ayer certeramente Bonald.

También comentó que el aspecto comercial que ha sufrido la evolución del flamenco y el mestizaje consecuente para su supervivencia, llenan de diferencias aquel sonido jondo de antaño con respecto al actual.

Ambas distinciones fueron presenciadas por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que anteriormente ya había visitado el recientemente inaugurado Parque Minero de La Unión, con la impactante Mina Agrupa Vicenta como estandarte del mismo.