México acude a las urnas contra la tutela del crimen organizado

Con estrictas medidas de seguridad y llamadas de los líderes políticos a vencer la abstención, más de treinta millones de electores de catorce estados de México tenían ayer una cita con las urnas en un ambiente de tensión azuzado por la violencia del crimen organizado, las acusaciones de corrupción a mandatarios locales y alianzas antinaturales entre la izquierda y la derecha.

La jornada para elegir doce gobernadores, 508 diputados locales y renovar 1.533 ayuntamientos -de los 2.435 del país- arrancó con incidentes en la apertura de algunos centros de votación y con candidatos denunciando acciones intimidatorias. A causa de la inseguridad, el sábado se anunció que quince urnas de municipios de Sinaloa no se instalarían, mientras más de 2.000 funcionarios de mesa se negaron a trabajar ayer en Reynosa, Tampico y Ciudad Madero (Tamaulipas). Desde el 2006, más de 23.000 personas han muerto por la lucha contra el crimen organizado y las guerras de carteles.

Además, cuatro hombres aparecieron asesinados y colgados en puentes de Chihuahua, la capital del estado homónimo del norte del país, pese a que el Gobierno federal desplegó por todo el territorio azteca 34.000 efectivos de las fuerzas de seguridad que reforzaron las labores habituales de otros 60.000 uniformados. El sábado, simpatizantes de varias formaciones políticas murieron o resultaron heridos en diversos choques partidistas en Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Puebla. También un cóctel molotov destrozó en Sinaloa la sede del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna en 20 de los 31 estados, es decir, sobre el 60% de los 107 millones de mexicanos.