Un año para conocer al maestro de la poesía

«Oh campos de Alfacar, tierras de Víznar». Este verso, que no de Luis Rosales, sino de Dámaso Alonso, localiza el momento en el que el poeta granadino, el primero de los nombrados, se encumbra en la historia de la literatura española. En el conocimiento popular figura como el gran amigo de Federico García Lorca, compañero y guardián de las últimas horas del que fuera asesinado en los albores de la Guerra Civil. Estaba el autor de 'Poeta en Nueva York' en el hogar de la familia Rosales-Camacho cuando vinieron a por él para fusilarle. Como lo había hecho en muchas ocasiones, para intercambiar impresiones sobre lo que unía a los dos amigos: la poesía.

Pero a Rosales, la triste coincidencia, le sirvió para que se le recordara por ella, ensombreciendo su fértil literatura u obviando su trayectoria vital. En este 2010, año en el que se cumple el centenario de su nacimiento, el objetivo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y de toda su familia, es desempolvar esas vivencias, acercar al genial escritor a los lectores, destacar sus obras e inculcar el gusto por sus versos. Primero fue nombrarlo Autor del Año 2010, después homenajearle con la lectura de sus poemas durante el Día Internacional del Libro. Vendrían simultáneamente la edición de su antología y la publicación de un catálogo,'Díscipulo del Aire', que explica y amplia la exposición del mismo nombre.

Desde ayer, esta última se muestra en la Biblioteca Provincial de Cádiz y con la visita, además, los gaditanos se pueden llevar a casa ambos volúmenes. 17 paneles resumen la larga, falleció en 1992, existencia del poeta. Divididos cronológicamente, enseñan fotografía de Rosales niño, el cuarto de ocho hijos, imágenes de su casa, en la calle Angulo de la capital granadina, o retratos de sus progenitores, Miguel Rosales Vallecillos y Esperanza Camacho Corona.

Sus primeros años de colegio y su ingreso en la Universidad están documentados con las matrículas o con las cuartillas de notas. Salpican los paneles los versos primeros de un joven que cambió la carrera de Derecho para cursar la de Filosofía y Letras en Madrid. Corría el 1931 y ya había realizado una lectura de su creaciones más recientes -la exposición muestra la reseña hecha entonces en el periódico. En esos años se acrecentaba la amistad con Joaquín Amigo y Federico García Lorca.

Las controversias sobre la prolongación de la Generación del 27 o el inicio de la del 36, también se reflejan en 'Discípulos del Aire'. Luis Rosales abrió su actividad literaria en la revista 'Cruz y Raya' dirigida por Pablo Neruda y José Bergamín. En la capital de España conoció a los Panero (Juan y Leopoldo) y a Luis Felipe Vivanco, compañeros de la que se conocerá después como Generación de 1936 (o de la Guerra), de la que también forma parte Dionisio Ridruejo, y cuyos ejes comunes, además de su afinidad y camaradería, fueron su catolicismo intimista y su conservadurismo en lo social.

Pero si hay un protagonista en esta exposición es su obra. Tanto el catálogo como los paneles, sumergen al espectador en los sentimientos que movieron a Rosales a escribir 'Rimas', 'El contenido del corazón', 'Diario de una resurreción', 'De como el corte hace sangre' o su obra más laureada, 'La casa encendida'.

La delegada Provincial de Cultura, Yolanda Peinado, fue la encargada de inaugurar esta exposición que permanecerá en la Biblioteca Provincial hasta el 30 de mayo. La delegada aprovechó la comparecencia para llamar a la ciudadanía a acercarse a la figura del poeta granadino. Por esta razón, destacó la posibilidad de que los municipios gaditanos también alberguen 'Discípulo del aire'.