Un artificiero examina el vehículo que contenía el explosivo en Times Square. :: REUTERS
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Nueva York revive la psicosis terrorista

La colaboración ciudadana y la rápida actuación de la Policía impiden que un coche bomba cause una tragedia en pleno Manhattan

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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«Hemos tenido mucha suerte». Las palabras del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, sobre el fallido atentando con coche bomba en el corazón urbano de la capital reflejan lo cerca que estuvo la ciudad de los rascacielos de un mortífero ataque terrorista. Más concurrida que nunca gracias a la peatonalización de algunos tramos de sus calles, Times Square es el gran reclamo turístico de Manhattan y también uno de los lugares más intensamente vigilados por las fuerzas de seguridad. Con todo, el conductor de un Nissan Pathfinder cargado gas propano, gasolina y el material necesario para hacerlo estallar de se las apaño para aparcar el vehículo sobre las 18.30 de una bulliciosa tarde de sábado en la calle 45, a escasos metros de los teatros más populares de Broadway.

En cuestión de minutos, un vendedor de camisetas alertó a la Policía de que salía humo de una caja que había dentro del automóvil, al tiempo que varios testigos aseguraron haber oído pequeñas y continuadas explosiones en su interior. Cientos de agentes rodearon la zona inmediatamente, cerrando los accesos y evacuando a miles de personas. Durante nueve largas horas muchos turistas no pudieron acceder a sus hoteles hasta que las fuerzas de seguridad levantaron poco a poco la alarma. En una escena que los estadounidenses conocen más bien a través de las películas, un robot del equipo de artificieros manipuló con cuidado la parte trasera del vehículo hasta confirmar que el rudimentario artefacto no representaba un peligro.

Mientras, en los alrededores de la zona se sucedían situaciones de asombro más que de temor a una catástrofe. «Esto es lo más desierto que se pueda ver en este lugar y a esta hora. Es una experiencia única», relató al canal local NY1 Taylor Blankenship, un estudiante de biología de 22 años que visitaba Nueva York con tres amigos. «¡Bravo por la Policía! En pocos minutos ha sido capaz de evacuarlo todo», comentaba asombrada la joven turista.

«No vuelvo nunca más»

Kulvinder Johal y otros tres compatriotas llegados desde Londres el fin de semana fueron algunos de los visitantes que trataron infructuosamente de acceder a sus hoteles situado al otro lado de la impenetrable fortificación instalada por las autoridades. «Estoy consternado, yo pensaba que Londres era peor», dijo. «Nunca más vuelvo a Nueva York». Finalmente, sobre las seis de la mañana de ayer la Policía retiró en un remolque al misterioso Nissan verde y Times Square fue reabierta al público y la circulación de vehículos se reanudó en el nudo urbano más concurrido de Nueva York.

El fallido atentando fue considerado por la secretaría de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, como «un potencial ataque terrorista» mientras el Departamento de Policía de Nueva York, el FBI y la Fuerza Conjunta antiterrorista han abierto una amplia investigación sobre lo que pudo ser una tragedia. Napolitano admitió que no hay sospechosos específicos aunque sí una gran cantidad de evidencias, incluyendo huellas dactilares y vídeos del movimiento del automóvil en el entorno de Times Square que están siendo revisados minuciosamente. En una conferencia de prensa posterior, la propia responsable de Seguridad se felicitó de la vuelta a la normalidad en el centro de Manhattan y adelantó que trabajan con la hipótesis de que el intento de atentado se trata de «algo aislado».

También el alcalde compareció para tranquilizar a sus conciudadanos. «Hemos evitado lo que podría haber sido un incidente muy mortífero», aseguró Bloomberg, quien reconoció que «no tenemos ni idea de quién ha hecho esto ni por qué». Luego subrayó que «terroristas de todo el mundo que se sienten amenazados por las libertades que tenemos en este país se centran en el símbolo de estas libertades y ese símbolo es Nueva York».

El de ayer es el segundo intento de atentado serio que sufre EE UU en los últimos cuatro meses. El pasado día de Navidad, un nigeriano de 23 años a bordo de un avión con destino a Detroit trató de hacer estallar un dispositivo explosivo oculto en sus calzoncillos que afortunadamente no funcionó.