Sociedad

Cobra sonroja a TVE

Oliart promete «un mejor filtro en las candidaturas» para evitar «abusos» como el del rapero valenciano, que respondió con insultos y agarrándose los genitales a los abucheos del público

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Daniel Diges se ganó al público con discreción. Él les ofreció 'Algo pequeñito' y se llevó el premio grande: el viaje a Oslo para representar a España en Eurovisión el próximo 29 de mayo. Claro que su triunfo quedó sepultado por el cisco que montó John Cobra el lunes, en la gala en directo que organizó TVE para elegir al representante eurovisivo. La cadena pública le 'prestó' sus cámaras y le permitió alargar su minuto de gloria hasta lo insultante. El rapero valenciano no supo encajar los abucheos del público, al que afeó los pitos gritándole «¡comedme la polla!» y agarrándose los genitales. Ni caso a las indicaciones de Anne Igartiburu, que le llamaba «cariño» mientras trataba de tranquilizarle sin éxito. Fue el broche a un polémico y criticado proceso de selección donde artistas de reconocida trayectoria han tenido que hacer méritos frente a frikis. Y una bofetada en la cara a esa política de televisión seria y de servicio público que pregona la dirección de RTVE.

La cadena optó por un sistema mixto -de espectadores y jurado- para elegir al representante de Eurovisión, un procedimiento que se ha demostrado arriesgado, pero que le ha dado estupendos réditos en cuestión de audiencias. La gala del lunes congregó a 2,6 millones de espectadores -el año anterior, cuando salió elegida Soraya, no se llegó a los 800.000- y se convirtió en el segundo programa más visto del 'prime time' -por detrás de 'El Internado'-. Nunca había habido tanta expectación por la elección del artista de Eurovisión, un concurso que dejó atrás hace tiempo su etapa dorada. Chikilicuatre lo 'resucitó' -en términos de 'share'- hace dos años. Y esta vez el que ha dado la nota ha sido Cobra, que ha sacado los colores a TVE.

El presidente del ente público, Alberto Oliart, no pudo menos que dar la razón a quienes advertían del peligro de un concurso abierto y anunció ayer en el Senado que estudia otro sistema para que no se repitan los «abusos» de este año. «Se podría considerar un mejor proceso de filtro en las candidaturas, la participación del jurado profesional desde el primer momento para eliminar canciones que no alcancen una mínima calidad musical. También se podría prever una vía de participación complementaria para los artistas que ya tengan carrera discográfica». Dice que no vio la gala -el vídeo permaneció todo el día colgado en la web de RTVE-, pero se lo contaron: «Su actitud fue lamentable, digna de toda censura. Espero no verle (a John Cobra) ni conocerle, pero los directos son así».

Con todas las salvedades, la polémica de este año recuerda a la de Chikilicuatre. TVE no escarmentó, porque este año, si la decisión hubiera estado en manos del público, Karmele Marchante habría representado a España. 'Pop Star Queen', aupada por Telecinco, quedó descalificada, pero John Cobra, arropado por una web de motor, superó el filtro de TVE y en internet -que es donde se eligió a los diez finalistas-, fue el segundo más votado, a poca distancia de Coral Segovia, condenada a ser la eterna segunda.

«Nos ha hecho pasar un mal rato»

Era de esperar que el jurado de expertos, que en la gala del lunes decidía al 50% con los espectadores, le iba a cortar las alas, pero Cobra logró eclipsar al resto y ser el protagonista de la velada aun quedando el último. Los eurofans no le aplaudieron al salir y le abuchearon cuando acabó de cantar 'Carol', tema que selló con un largo morreo a su chica. A partir de ahí, varios minutos interminables de bochorno con repetidos insultos al público -«¡Me coméis el rabo todos, maricones!»- y al jurado. «Cuando uno se presenta de cara al público, tiene que estar preparado para que se la rompan. Lo que has hecho aquí te descalifica para siempre», le espetó José María Íñigo. «El que no me quiera como soy que le den por el culo», fue la respuesta de Cobra, que ya no apareció más en pantalla.

A Anne Igartiburu le tocó el papelón de lidiar con el rapero y en la 'casa' aplauden su «buen hacer» en un momento tan complicado. La presentadora pidió disculpas al personal «por este mal momento de John Cobra» y un rato después insistió de nuevo. «Perdón porque no es necesario esta actuación vergonzosa y el mal rato que nos ha hecho pasar. Lo sentimos, esto no nos gusta». Ayer por la mañana, en el programa de radio de Juan Ramón Lucas, aseguraba: «A los que hacemos tele, en el fondo, nos gustan» los circos así. «Es una forma de demostrar cuál es la actitud de la cadena, de decir que no vamos de ese palo», precisó.

José María Íñigo tampoco se calló. Era jurado junto a Mariola Orellana, Pilar Tabares, Toni Garrido y Manuel Bandera. Llegó a ciegas, sin haber escuchado antes las canciones ni conocer siquiera de oídas a Cobra. «Me pareció surrealista, irreal. Yo le hubiera cortado directamente; si es por mí no participa, le echo». Recuerda el reputado presentador que «una zafiedad así no se puede permitir en una televisión. Ni pública ni privada, pero menos en una pública. En una tele de todos este tío no puede salir». Igual de «avergonzado» se sintió José Luis Uribarri, la 'voz' de Eurovisión, que cumplirá sus bodas de plata en Oslo. Es ya el comentarista más veterano del certamen europeo y nunca había presenciado un espectáculo semejante: «Se pasó una barbaridad con el público y con Anne. Eso no era una canción ni era nada».

«Que hablen, aunque sea mal»

El billete a Oslo estaba fuera del alcance de John Cobra porque era de esperar que el jurado profesional le relegara al último puesto -«un punto a Cobra porque no hay cero», dijo el actor Manuel Bandera cuando le tocó votar-. Pero tanto peso como el jurado tenían los espectadores. También le castigaron, pero aun así le dieron más puntos que a Fran Dieli, otro de los candidatos. «Cobra es un chico muy conocido en Valencia», trata de buscar una explicación Uribarri. Mario Baquero, que así se llama el rapero, también es bien conocido en la red, donde tiene colgado un rosario de vídeos caseros con sus canciones: 'Valencia es mía, los chicos me respetan, las chicas suspiran' (...) 'te meto un puñetazo y te rompo el melón' (...). También da clases online de cómo trepar por los balcones y dar 'golpes fulañeros', «que son golpes traicioneros, que no vienen a cuento», se deja romper una botella de cristal en la cabeza y hace propaganda de una web pseudoerótica porque «es un placer ver a una mujer en cueros». Cobra, que estuvo en prisión por su implicación en una paliza, se pasea por los institutos entre adolescentes que le jalean y desde ayer se lo disputan las cadenas.

Ya se ha hecho oír más allá de internet y el lunes compartió escenario con nueve artistas con trayectoria musical reconocida porque los internautas -a los que TVE dio vía libre para elegir a los diez finalistas- así lo quisieron. ¿Pecaron en la cadena pública de ingenuidad? «En absoluto, sabían bien los riesgos que corrían, que era muy probable que se colaran frikis», advierte Uribarri, que comparte con Íñigo eso de «que hablen del festival, aunque sea mal».

«Nunca Eurovisión ha tenido tanto eco en otros canales, que le han hecho la promoción gratis a TVE. Eso sí, la cadena no ha tenido la culpa de lo que hizo Cobra. Con su actitud sólo se desprestigió a sí mismo», precisa Íñigo. Ahora TVE -que ayer no permitía ver el vídeo en YouTube pero sí lo colgó 'recortado' en su web- tiene que mantener viva la llama del festival. Más allá del vergonzante espectáculo y del fallo técnico de saltarse a Ainhoa Cantalapiedra en el resumen final -ella lo entendió como «una falta de respeto»-, tiene el reto de convertir en un éxito el vals 'pequeñito' de Diges, el ganador.