ESPAÑA

La Fiscalía pidió el archivo del chivatazo sin conocer pruebas claves del sumario

No había visionado las grabaciones del bar Faisán, que se desprecintaron un mes después de reclamar el cierre del caso

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Fiscalía de la Audiencia Nacional pidió dar carpetazo a la investigación del chivatazo sin conocer claves del sumario, entre ellas, las grabaciones en vídeo del bar Faisán de Irún, centro de recaudación del 'impuesto revolucionario' de ETA, el día en el que se produjo el soplo policial. Además, según han revelado fuentes de la investigación, ni el Ministerio Público ni el resto de las acusaciones han tenido acceso a las pesquisas paralelas que el juez sustituto de Baltasar Garzón, Fernando Grande-Marlaska, encargó a la Guardia Civil sobre la delación. De hecho, entre los 8.000 folios de la pieza separada abierta para aclarar la filtración no consta ni un solo informe del instituto armado, a pesar de haber sido judicialmente requerido para intervenir.

Según han reconocido diferentes fuentes de la Audiencia Nacional, cuando el 1 de octubre de 2009 Carlos Miguel Bautista Samaniego firmó su informe en el que pedía a Garzón el archivo de la causa por falta de autor conocido aún no había visto las cintas con las grabaciones del bar del 4 de mayo de 2006, día en el que un desconocido se desplazó al establecimiento hostelero para entregarle al propietario y jefe de la trama de extorsión, Joseba Elosúa, un móvil desde el que un desconocido le avisó de la inminente operación contra ETA.

DVD original

Los informes de la Audiencia Nacional revelan que el 'máster' del día de autos -la grabación completa sin editar- sólo se desprecintó el 29 de octubre pasado, en presencia de personal del juzgado de Garzón, del propio Bautista y de abogados de las acusaciones populares (Dignidad y Justicia y la Asociación de Víctimas del Terrorismo). Ese 'máster', un DVD, recoge lo ocurrido durante todo el día 4 de mayo en la puerta principal del Faisán.

Hasta entonces esa grabación íntegra, con su precinto, estaba depositada en la caja fuerte del juez, junto al tomo ocho del chivatazo, el que contiene el informe del inspector jefe Carlos G., en el que implica a la cúpula del Ministerio del Interior en la delación.

Hasta entonces, la Fiscalía sólo habría podido visionar una cinta de vídeo (VHS) que recogía una versión abreviada de lo ocurrido ese día a las puertas del bar. Un resumen de cuatro horas a «cámara muy rápida» en el que, según fuentes judiciales, «era imposible distinguir nada», por su mala calidad y por la velocidad con que transcurrían los hechos. Esa inservible cinta, que no tenía precinto, fue visionada por las partes el 27 de octubre.

En cualquier caso, el 'máster', explicaron responsables de la investigación, no sirvió de nada, ya que está mutilado. Los momentos en los que supuestamente se produjo el chivatazo a Elosúa, entre las 10.50 y 11.20 horas de esa mañana, hay dos inexplicables saltos (uno de tres minutos y otro de 16 segundos) que hacen imposible saber con seguridad quién entró o salió del bar entre las 10.55 y las 11.15 horas. La pericial encargada por el juez a petición de las acusaciones no ha sido concluyente. Los expertos del propio Cuerpo Nacional de Policía afirman que esos vacíos en las grabaciones se deben a los cambios de cinta en las cámaras. Lo que no han explicado es por qué hay dos cortes y por qué son más prolongados que en otras ocasiones. Tampoco el juez se lo ha preguntado.

Sin rastro

Los saltos de los vídeos no son la única laguna en el sumario por la que no se ha interesó la Fiscalía. En la causa no aparece ni uno solo de los informes que Fernando Grande-Marlaska encargó en mayo de 2006 a la Guardia Civil, al poco de conocer el soplo policial, desvelaron fuentes jurídicas.

En el sumario figuran las providencias del sustituto de Garzón, oficiando al instituto armado para que investigara a los policías del 'caso Faisán', incluidos a los propios funcionarios del equipo de Carlos G., pero no se han incorporado ni las contestaciones de la Guardia Civil ni las posibles órdenes de Baltasar Garzón, al regreso de su licencia de estudios en Estados Unidos, para apartar al cuerpo militar de la investigación. Simplemente silencio.

Tampoco hay referencias al hecho de que a la Guardia Civil se le facilitaran horas equivocadas sobre el momento en el que se produjo el chivatazo y la consiguiente queja de los oficiales al mando de la frustrada investigación del instituto armado.