Un helicóptero de la OTAN traslada a un civil herido en Marjah. :: AP
MUNDO

Kabul mantiene la mano tendida

El Gobierno pide a la insurgencia que acepte el plan de reconciliaciónLa OTAN renuncia a la artillería para evitar nuevas bajas entre la población civil en el cuarto día de ofensiva sobre Helmand

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Estamos avanzando de forma muy segura y siendo muy metódicos en la limpieza de bombas en los caminos en un área saturada de artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés)». El capitán Sipe relató de esta forma a la agencia Reuters el lento avance de los marines hacia el núcleo de Marjah, bastión talibán de la provincia de Helmand sobre el que la OTAN mantiene una dura ofensiva por cuarto día consecutivo.

Los relatos de épica militar de los marines se pueden seguir en la propia página web del cuerpo, en la que se habla de «hombres que portan sobre sus espaldas el equivalente a su propio peso en material», que se enfrentan a «francotiradores» y que por segundo día consecutivo tuvieron que renunciar a la toma del bazar de esta localidad debido a la «fuerte resistencia». De momento lo que se ha logrado es sitiar el mercado y controlar los principales accesos.

La muerte de doce civiles el domingo tras el impacto de un misil americano obligó a las fuerzas de la Alianza Atlántica a renunciar a la artillería pesada para evitar nuevas bajas entre la población y eso dificulta las labores de limpieza de los militantes. Pese a los avisos a los lugareños, los marines y los efectivos afganos que lideran la 'Operación Moshtarak', que en dari significa «juntos» en referencia a la colaboración de los distintos ejércitos, no se han encontrado con una Marjah vacía. Cerca de dos mil insurgentes, según las agencias de inteligencia, habrían huido antes del ataque o se encontrarían camuflados entre los campesinos locales a la espera de que pasen estos primeros días de fuerte presión militar para iniciar su lucha a base de artefactos explosivos caseros y atentados suicidas.

Resistencia feroz

Aunque las autoridades afganas proclamaron que los insurgentes talibanes están cercados en Helmand, lo cierto es que el Gobierno de Kabul sabe que son capaces de ofrecer una feroz resistencia. Por ello, ayer volvieron a tenderles la mano y les invitaron a «aprovechar el programa de paz y reconciliación». «No hay forma de que podáis ganar. El pueblo está volcado en alcanzar la estabilidad», subrayó el ministro de Defensa, Abdul Rahim Wardak, durante una comparecencia en la capital de la provincia, Lashkar Gah, situada a menos de cuarenta kilómetros del lugar de la operación.

El mando supremo de la Isaf (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad), el general estadounidense Stanley McChrystal, destacó durante la visita del ministro su «orgullo» por una ofensiva «liderada por los afganos». Siguiendo el guión de la nueva estrategia de Obama y las líneas marcadas por la reciente Conferencia de Londres, el respeto a los civiles, la oferta de reinserción en la sociedad a los talibanes y la cesión progresiva de responsabilidad a las fuerzas afganas marcaron la comparecencia del jefe de las tropas internacionales y el titular de Defensa local.

«Nos quedaremos bajo cualquier condición y daremos seguridad a toda la zona, definitivamente», agregó el responsable de Defensa para mostrar la determinación de extender hasta la conflictiva Helmand la autoridad del Gobierno de Kabul, que hasta ahora carecía de poder en esta región afgana.