Messi celebra un gol con el Barcelona. / Gustau Nacarino (REUTERS)
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Rosell: «Haremos lo imposible para que Messi sea siempre del Barça»

«No ha pactado la renovación, pero mientras yo sea presidente será dificilísimo que se marche», afirma el presidente culé

BARCELONA Actualizado: Guardar
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A pesar de que Lionel Messi se encuentra recuperándose de su lesión en Argentina su nombre está en boca de todos en Barcelona. Las alarmas han saltado después de que el martes el vicepresidente del Barça Javier Faus descartara cualquier negociación para que renueve su contrato. En la Ciudad Condal la posibilidad de que su estrella abandone o se encuentre a disgusto preocupa, con el agravante de las dudas que ofrece el juego del equipo. Por eso, el máximo dirigente azulgrana, Sandro Rosell, se ha visto obligado a zanjar la cuestión con la mayor celeridad posible. «Mientras yo sea presidente haremos lo posible y lo imposible para que Messi sea siempre jugador del Barça», aseguró este jueves Rosell durante el acto de presentación del nuevo acuerdo de patrocinio del club catalán con la empresa tecnológica estadounidense Intel.

Las preguntas sobre la extensión del contrato de Messi -con un sueldo de 16 millones de euros por temporada- se han multiplicado en los últimos tiempos. Los problemas con Hacienda, las rotaciones del nuevo entrenador y la ausencia del delantero argentino los terrenos de juego han aumentado la desconfianza del futbolista y de su entorno. «Yo no participo ni quiero participar en las cuestiones relativas a los asuntos contractuales de los jugadores. Pero Leo necesita sentirse a gusto y sentirse querido. Eso, al menos para mí, no sólo tiene que ver con el dinero», dejó entrever el técnico Tata Martino en su última rueda de prensa.

La situación es similar a los problemas del pasado con el rosarino. En otoño de 2009 el zurdo ya planteó un panorama similar al entonces entrenador del club, Pep Guardiola. «Bueno, veo que ya no soy importante para el equipo, así que....», envió como advertencia en un mensaje de texto el argentino al técnico, según descubrió el libro 'Misterio Messi'. Por entonces, competía con Zlatan Ibrahimovic y se sentía menos valorado. Guardiola actuó: colocó al sueco un paso por detrás de 'La Pulga' y el delantero acabó marchándose al Milan.

Cuatro años después, las fricciones entre Messi y una parte del club se han repetido. El argentino espera un acercamiento del Barcelona en el momento en el que la entidad ha centrado sus ojos en la prórroga del contrato de Iniesta, que actualmente cobra siete millones anuales. Rosell se apresuró este jueves a cerrar la posible fisura con un mensaje a caballo entre el aviso y el halago reiterativo: «Messi no ha pactado la renovación con el Barça, pero mientras yo sea presidente será dificilísimo, por no decir imposible, que se marche». Mientras, el argentino aguarda en su país con la pierna de su lesión cicatrizada pero con la de su desconfianza todavía abierta.