Tanto en el vestir como en el maquillaje, la actriz apuesta por Dior./ Archivo
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Natalie Portman, la esencia del estilo

Talento, personalidad, belleza y una carrera imparable... que aparcó para estudiar Psicología

MADRID Actualizado: Guardar
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Tal vez durante la infancia el ideal de belleza para muchas niñas fuera el de la muñeca Barbie. Mientras peinaban su melena rubia le inventaban a ella (y a sí mismas) una vida llena de amor, aventuras y vestidos glamurosos. Después, al crecer, caen en la cuenta de que no pueden querer andar en tacones todo el día, aguantando la respiración para que las curvas sean perfectas, sin más aspiración que elegir el vestido adecuado y suspirar por Ken. Luego quieren más cosas. Les gustaría ser guapas, por qué no, pero también realizarse en su profesión, lograr altas metas, amar y ser amadas, abrirse camino a base de estudio, esfuerzo y algunos tropiezos (pocos, a ser posible) y escribir su guía personal sobre cómo vivir la vida. Y es entonces cuando empiezan a soñar con ser como Natalie Portman.

Es el prototipo de chica normal que no puede ser más extraordinaria. Ha hecho de la discreción su sello y no suele estar en las listas de las más sexys (aunque sí en las de las más elegantes); no es la más perseguida de las fiestas (es difícil pillarla en un renuncio, siempre en su sitio); y, aunque es consciente del precio del éxito, no está dispuesta a todo para conseguirlo. Se arriesgó a tirar por la borda una carrera prometedora por ir a la Universidad. Ama a su familia, es fiel a su marido y juega a diario con su hijo en los columpios. Y sí, todo eso es posible en Hollywood. (Más información)