FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

El Madrid tropieza en el intercambio de golpes

Dos errores, de Pepe y Casillas, condenaron al irregular equipo de Mourinho ante el valiente Dortmund y complican el liderato

Actualizado: Guardar
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El Real Madrid tropezó en el complicado estadio de Dortmund ante un rival poderoso y valiente como es el Borussia y, aunque el traspié no complica su pase a los octavos de final de la ‘Champions’, sí compromete el liderato de grupo y debe servir de advertencia frente a los vaivenes y falta de ambición y de fútbol del equipo de Mourinho. Un error de Pepe y otro de Casillas en una salida condenaron al Madrid en Alemania, donde los blancos han ganado una sola vez, pero no fueron el central y el portero, que evitó otros tres goles, los únicos causantes de la derrota en un partido en el que los de Mourinho evidenciaron de nuevo problemas futbolísticos y de resistencia física. Con Cristiano de nuevo muy apagado, como el pasado sábado ante el Celta, el Madrid, de más a menos, se mostró muy irregular y cayó en su examen más exigente en el ‘grupo de la muerte’ que sueña con que le lleve hasta la ‘décima’.

En el intercambio de golpes perdió un equipo que prometió mucho en el primer tiempo pero que se quedó sin ideas y energía tras el descanso, que fue cuando el Borussia se aprovechó de un segundo y decisivo fallo de la zaga y el portero visitante. Fue una noche aciaga para la mermada zaga madridista, porque el primer gol llegó tras un grave fallo de Pepe. El portugués quiso salir por el centro y falló en la entrega, regalándosela a Kehl para que recibiese Lewandowski y éste no perdonase en el mano a mano ante Casillas, que ya había salvado antes un par de goles. El Madrid, que había controlado bien los arreones del Borussia, sobre todo gracias a su portero, no merecía verse entonces por debajo en el marcador, pero ese gol provocó la reacción, beneficiada por el empate de Cristiano, tras un pase en largo de Özil desde la media luna y otro fallo en la salida del guardameta local. El Madrid puso muy pronto las cosas en orden, después de haberse visto obligado por el físico y el atrevimiento de un Borussia que, espoleado por su afición, no se asustó ante uno de los favoritos a conquistar la ‘Champions’.

Mourinho, con Khedira ya supuestamente recuperado, alineó el equipo esperado, con Benzema, el elegido para Europa, en lugar de Higuaín, y aunque el francés apenas entró en juego, trabajó mucho y el Madrid se sintió poderoso en la primera parte, aguantando los envites de los alemanes y apostando por la elaboración cuando le tocaba atacar. Mucho más cuando salió Modric en lugar de Khedira, que se resintió de su lesión muscular en su pierna izquierda. El técnico portugués ya había avisado que para él no sería ninguna sorpresa que hubiese más lesiones, tras las de Marcelo, Coentrao y Arbeloa, y se cumplieron sus previsiones, probablemente porque el alemán, necesario para él en la contención, no estaba completamente restablecido. Con su ausencia, no tenía otra opción en el banquillo que apostar por Modric como acompañante de Xabi Alonso, y con el croata los blancos ganaron presencia y dominio en el medio campo, aunque después lo perdieron.

Faltó mordiente

La entrada obligada de Modric demostró que este Madrid puede jugar, y a veces bastante bien, con un futbolista de toque en el doble pivote junto a Xabi Alonso, en vez de un jugador de destrucción con muchas dificultades en el pase. El croata superó durante muchos minutos la prueba, pero fue desfondándose ante un Borussia que también confirmó, pese a las bajas, que también es un gran equipo y, ante todo, muy vertical. Cierto es que Casillas evitó que el Madrid encajase más goles, pero también lo es que los blancos perdonaron en ataque en la primera parte cuando se les presentaron las oportunidades y con el 1-1 les faltó muchísima mordiente e instinto asesino. Con el presumible bajón de Özil en el segundo tiempo y Cristiano desaparecido, el Madrid lo acusó y perdió orden defensivo. Continuó apostando por la creación, pero frente a este Borussia tan ambicioso, comenzaron las verdaderas dudas para los de Mourinho.

El Madrid estaba demasiado autocomplaciente, pensando más en aguantar que en sentenciar, y todo lo que había conseguido Casillas en una hora lo echó por tierra en un mal despeje. Varane también estuvo ahí despistado, y el puñetazo de Casillas en la salida no lo desperdició el lateral Schmelzer. Entonces sí que les entraron las prisas a los blancos, pero con escaso físico y cabeza, volvieron a fracasar en el remate y el Borussia se defendió de forma notable hasta el pitido final. El primer puesto está ahora más difícil.