fútbol | primera división

Aduriz culmina 'in extremis' la sufrida remontada

El Málaga puso contra las cuerdas al Valencia en Mestalla con nueve

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El fútbol no fue justo con el Málaga, que con nueve jugadores aguantó hasta el último minuto el empate en Mestalla, hasta que Aduriz se encargó de sepultar sus esperanzas y culminar la sufrida remontada de un Valencia con dos caras. Un duelo tan trepidante e intenso, de tantísimos altibajos, tuvo que resolverse 'in extremis' a favor del Valencia cuando la afición local ya estaba preparada para la bronca a los suyos. Después de que Baptista, gracias a un golazo, estuviese a punto de dar la campanada en forma de empate, con dos jugadores menos en el Málaga, que abandonó Mestalla con orgullo, pero maldiciendo su mala suerte y las expulsiones de sus dos defensas centrales. El Málaga puso contra las cuerdas al Valencia, pero no pudo sobrevivir con dos futbolistas menos y con los locales tan obligados a evitar un ridículo.

Mestalla, que estuvo a punto de reventar, pitó a su equipo en el descanso porque ni siquiera en superioridad impidió que el Málaga volviese a adelantarse con el segundo de Rondón. La defensa valencianista que había mejorado en los últimos partidos falló a balón parado y dejó solo al venezolano, que con más puntería en el primer tiempo hubiera firmado al menos un 'hat-trick'. El decepcionante Valencia fue superado en el primer tiempo por un Málaga temible a la contra que no dejó de meter miedo con sus dos 'Bestias', Baptista y Rondón. Ni siquiera la expulsión que se ganó Demichelis con su penalti a Mata afectó en ese periodo al Málaga, porque el Valencia, sin organización hasta que salió Banega, no supo qué hacer con el balón ni puso en apuros a Asenjo. La zaga y el portero local, sin embargo, sufrieron siempre ante los arreones de un equipo veloz y con descaro que fue a asaltar Mestalla y casi lo consigue en forma de empate.

Con el 1-2 del descanso, a Unai Emery no le quedaba otra que recurrir a Banega y Soldado, sus mejores hombres en la medular y la delantera, que precisamente fueron quienes propiciaron la remontada. Cambió también de forma radical la mentalidad del Valencia, volcado desde la reanudación sobre la portería contraria, para encerrar a un Málaga que ya estaba acogotado con diez y con nueve parecía totalmente vendido. Porque el Valencia del fútbol ambicioso, pero no solo de casta, regresó en esa segunda parte de imparable dominio local, lanzado a por el triunfo. Su fútbol y su empuje no tardaron en encontrar recompensa con el empate de Soldado, que dejó muy tocado a un Málaga al que no le quedaba otra que intentar achicar balones atrás y soñar con otra contra que al final llegó pero no fue suficiente.

El cansancio también afectó demasiado a los de Pellegrini, mientras que el Valencia cogió aire camino de la victoria cuando Hélder Rosario fue expulsado con roja directa, probablemente por insultar al árbitro o a un asistente tras una dura entrada.

Demasiado castigo para un Málaga que en solo 45 minutos, entre las dos expulsiones, casi tiró por tierra todo el planteamiento atrevido que le había llevado a poner contra las cuerdas al Valencia. Parecía que solamente un milagro permitiría al Málaga sumar al menos un punto, porque Banega encontró puerta en el momento de mayor insistencia local. El Málaga no quiso morir y Baptista estuvo ahí para intentar decidir, pero aún le quedaba al Valencia una última bala.