elecciones presidenciales

Costa Rica se debate entre tener una mujer como líder o dar un viraje ideológico

SAN JOSÉ Actualizado: Guardar
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Los principales candidatos a la presidencia de Costa Rica, Laura Chinchilla, del Partido Liberación Nacional; Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana; y Otto Guevara, del Movimiento Libertario, han emitido su voto en unos comicios que, según el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), transcurren en calma.

Solís ha votado en su localidad natal Pérez Zeledón, en la zona sur del país, y se ha mostrado seguro de que el pueblo costarricense le "va dar una victoria" porque, ha dicho, "sabe que podemos arreglar los problemas y hemos planteado propuesta seria". El candidato del PAC (centroizquierda) ha añadido que "no es cierto que sea imposible eliminar la corrupción, la pobreza y la inseguridad".

Guevara ha emitido su voto en el colegio Julio Fonseca de la localidad de La Uruca, en la capital, ante una multitud de medios de comunicación. El candidato del derechista Movimiento Libertario ha instado a los costarricenses a salir a votar porque "es un privilegio del sistema democrático costarricense". Ha reiterado su discurso de "hacer el cambio" y ha pedido a los electores que lo elijan para "liderar las transformaciones que CostaRica necesita en 4 años con más seguridad, más y mejores empleos y una mejor calidad de la educación y salud".

Las encuestas tienen nomber de mujer

La candidata favorita en los sondeos, Laura Chinchilla, del oficial Partido Liberación Nacional (PLN), también ha votado en una escuela de la comunidad de Desamparados, en el sur de San José, donde ha sido recibida por una multitud de simpatizantes y medios de comunicación que dificultaban su llegada hasta la urna.

"Siento mucha ilusión. Se han desbordado las expectativas de cariño y estoy muy agradecida con el pueblo de Desamparados", ha declarado la candidata, que busca convertirse en la primera mujer que llega a la Presidencia de Costa Rica. Chinchilla ha hecho un llamamiento a los electores para que salgan a votar y "no dejen plantada a la patria y democracia" y se ha mostrado confiada en el triunfo.

Otros seis candidatos de partidos minoritarios también aspiran a la Presidencia, pero con menor intención de votos. El presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, Luis Antonio Sobrado, ha asegurado en una conferencia de prensa que "todas las mesas están abiertas", por lo que "todo está preparado para recibir el voto de los costarricenses, que son los protagonistas en la fiesta mayor de la democracia". "El país está en calma, en entera tranquilidad y estamos seguros que continuará así durante el día", agregaba.

Poco más de 2,8 millones de costarricenses están llamados a las urnas para elegir al presidente y 57 diputados a la Asamblea Legislativa para un periodo de cuatro años. Con una tradición centrista y una democracia centenaria, este pequeño país de renta media (unos 6.300 dólares per cápita) está a las puertas de una histórica decisión, pues de confirmarse los vaticinios de las encuestas podría salir elegida su primera presidenta. En caso contrario, un triunfo de Guevara o de Solís supondría un fuerte viraje hacia la derecha o la izquierda, respectivamente.

Una oposición crítica con el Gobierno

Costa Rica es una nación sin ejército desde 1948, que se ha caracterizado por una fuerte inversión social, especialmente en educación y salud, pero que a la vez ha apostado por la apertura comercial y una economía de servicios como medio para alcanzar el desarrollo.

Un triunfo de Chinchilla, considerada discípula del actual mandatario, Óscar Arias, representaría un cambio en la medida en que sería el primer liderazgo presidencial femenino en Costa Rica, pero a la vez es garantía de continuidad de muchas de las políticas que han guiado al país en las últimas décadas.

Esta politóloga de 50 años, que de acuerdo con las encuestas cuenta con un 41,9% de intención de voto, llega a estos comicios respaldada por el Partido Liberación Nacional (PLN), el más tradicional del país, mientras que sus contrincantes pertenecen a partidos jóvenes, cuyo discurso se concentra en resaltar los defectos y errores que ha cometido el PLN en el poder.

Solís representa al sector de la población que ansía un Estado más protagonista y protector, orientado mucho menos al libre comercio y más hacia la producción y el consumo interno a través de subsidios a la agricultura y a las pequeñas empresas, así como de una reforma fiscal para aumentar sus ingresos. La otra bandera de campaña de este economista es la lucha contra la corrupción, que asegura, abunda en el PLN y es el mayor de los problemas de Costa Rica.

En el otro lado, Guevara representa una opción totalmente diferente: reducción del tamaño y las competencias del Estado, prioridad y facilidades para la actividad privada en todos los ámbitos, ruptura de monopolios, apertura comercial unilateral, adoptar el dólar como moneda y una reforma fiscal para reducir la carga tributaria a ciudadanos y empresas.