Sierra de Cádiz

«Nos prostituyeron a diario durante ocho meses»

Los futbolistas liberados por la Guardia Civil en la Sierra de Cádiz reconstruyen su calvario y denuncian coacciones

Las amenazas a los familiares de algunos jugadores fueron el detonante para que se atrevieran a denunciar

Convocatoria de la organización en Bogotá (Colombia) para la captación de jugadores. L. V.

Fran M. Galbarro

Fueron engañados, manipulados, amordazados... Y prostituidos, por obligación. «Todos los días durante ocho meses. Desde octubre hasta el día que los detuvieron». Los futbolistas liberados por la Guardia Civil en Prado del Rey reconstruyen su calvario en LA VOZ.

Acuden a la cita asustados, desconfiados y sin facilitar información sobre su paradero actual. Varios de ellos han recibido amenazas a través de mensajes y llamadas telefónicas en los últimos días. El Ayuntamiento de Prado del Rey y la ONG Hogar Betania apoya y asiste a los futbolistas, víctimas de trata. «Después de todo nos tenemos que esconder» , lamentan.

Los agentes de la Guardia Civil encontraron a cinco jóvenes en el piso e informaron sobre la situación que vivían hasta siete latinoamericanos, dos de ellos de Argentina (uno menor de edad) y cinco de Colombia. Según narran varios de los afectados, al menos trece personas fueron víctimas de esta organización dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y a la prostitución lucrativa, aunque algunos ya habían abandonado la vivienda antes de la Operación Promises .

En su intervención, la Benemérita detuvo a tres personas por su presunta relación con estos hechos. Juan Luis M. J., de 42 años, vivía en el piso junto a los jóvenes y, de cara a la galería, era su tutor y entrenador en España. Este individuo, natural de Cádiz y habitual en Chipiona –donde llegó a presentar su candidatura como alcalde en un nuevo partido político–, estuvo condenado por una agresión sexual a una menor de edad en diciembre de 2006. El juzgado de instrucción nº 3 de Sanlúcar de Barrameda le condenó a tres años de prisión.

Uno de los tres detenidos sigue en prisión y tenía antecedentes por haber violado a una menor

Además, en 2002 había ingresado por primera vez en la cárcel por otro delito. Él supuestamente controlaba la vida de los futbolistas e impedía que se relacionaran con otras personas. Los jugadores tenían retenida su documentación en la vivienda y se les quitaba el dinero que llevaban para controlarles en todo momento.

Daniel I. M., de 49 años y José I. P., de 69, también fueron detenidos, pero quedaron en libertad con cargos. Ninguno de los dos tenía antecedentes. Eran los captadores, según las pesquisas de la Guardia Civil. Ambos viajaron a Colombia en el verano de 2019 y organizaron en Bogotá un campus para reclutar futbolistas con la promesa de jugar en España.

Allí captaron a varios jóvenes entre los cientos que realizaron las pruebas. La mayoría de ellos había jugado en la selección nacional de su país en las categorías inferiores y tenían entre 17 y 25 años. Algunos incluso habían debutado en la Primera División y tenían experiencia en México o en Estados Unidos. «Me prometieron el Rayo Vallecano o el Atlético de Madrid. Equipos grandes. Estábamos ilusionadísimos, ¿imaginas? Uno quiere llegar a los grandes, ¿no? ¡Es España!», recuerda Keylor –nombre ficticio para proteger su identidad–, el primer ‘fichaje’ de la organización.

«Con un mes que jugásemos con un equipo y nos dieran algo, aunque fuera de Tercera, iríamos saldando la deuda. Y si era un equipo grande con uno o dos sueldos ya podíamos saldarla», resume Dávinson, otro de los futbolistas captados. Sus familias asumieron el precio de los viajes y, según los afectados, se hipotecaron para mantener vivo el sueño de sus hijos. «Mi madre vendió su casa y yo mi coche. Debemos miles de euros» , lamenta Keylor.

«Yo entendía que eran familias con dinero y que pagaban algo al mes para estar en el campus y buscar una oportunidad, pero no me imaginaba esto», explica uno de los componentes del Salmedina FC , equipo amateur en el que se habían integrado estos latinoamericanos para jugar amistosos. La realidad era bien distinta.

Los supuestos captadores no tenían antecedentes penales y quedaron en libertad con cargos tras ser detenidos

«Desde el primer día», aseguran, los futbolistas estuvieron obligados a mantener relaciones sexuales con otros hombres . En la provincia de Cádiz, en Andalucía e incluso en Madrid, donde supuestamente acudieron a hacer pruebas con equipos como el Leganés o el Getafe. «Bonita prueba, eh», ironiza Dayson. «Sí, bonita prueba... ¡Ahí también nos hicieron eso! Pasaba por Sevilla e iba buscando por todos los pueblos para prostituirnos a todos», exclama Keylor. «En total, hice apenas dos pruebas con clubes profesionales. Y las hacían quienes se ‘portaban bien’ con él», desarrolla.

Si se oponían a acudir, los futbolistas eran amenazados con quedarse en la calle: «Nos llevaba –a las citas–, le daban 150 euros y cogía toda la plata para él» . Era un punto de no retorno: estaban «recién llegados» y «no conocían a nadie». Sus familias estaban endeudadas y ellos sin alternativa, amenazados si intentaban hablar con otros vecinos. «Por eso al principio vivíamos a las afueras, a tres kilómetros del pueblo –Prado del Rey–. En mitad del bosque. ¿Qué podíamos hacer allí?», plantea uno de ellos.

Aguantaron aquella «esclavitud» durante meses, pero hubo un punto de inflexión. La organización amenazó a algunas de sus familias, arruinadas, para que no dejaran de pagar mientras los jugadores encontraban un equipo. «No aguantamos más y fuimos a por ellos. No queríamos contar nada, pero cuando se metieron con nuestras madres... », dice Keylor. «Eso es lo más sagrado que uno tiene. Ahí tomamos la decisión de entrar a fondo», añade Dávinson.

Los jóvenes aseguran haber mantenido encuentros forzados con otros hombres en Cádiz, Andalucía e incluso Madrid

En el momento en que estos futbolistas se negaron a acudir a las citas fueron expulsados de la vivienda. Quedaron en la calle, pero una familia de Prado del Rey les acogió en su casa . «Cuando te pasa esto a la persona que te da confianza uno se lo dice todo», recuerdan. Denunciaron los hechos y confirmaron las sospechas del área de Servicios Sociales. La organización en España fue desarticulada por la Guardia Civil, pero los familiares mantienen deudas con prestamistas en sus países de origen. En los últimos días han recibido nuevas amenazas. «Llevamos como una semana sin poder dormir tranquilos. Pero se hará justicia», concluye Keylor, que juega de portero y le pareció buena idea utilizar como pseudónimo para esta entrevista el nombre de su referente futbolístico.

Los jóvenes recuperan una mínima sonrisa cuando citan las cualidades de los jugadores a los que intentan parecerse en el campo. Keylor nombra a Navas, guardamenta del PSG, ex del Real Madrid. Dávinson, central, analiza hasta el más mínimo detalle el juego de Sánchez, colombiano que defiende la zaga del Tottenham Hotspur en la Premier League. Entre tanto mal recuerdo, guardan unos minutos para hablar de sus atributos y su prometedora trayectoria. La entrevista continúa y recuperan el gesto tenso cuando recuerdan lo ocurrido. «Estos perros nos engañaron. Nos han arruinado la vida» , concluyen.

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