Compañía peluda que hace sonreír

El Colegio de Veterinarios de Cádiz lleva a las residencias de mayores animales de compañía

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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«Es muy reconfortante cuando nos dicen que un abuelo lleva sin hablar tres meses y que, cuando llega un perro a la residencia, le preguntan al veterinario que cómo se llama». El presidente del Colegio de Veterinarios de Cádiz, Federico Vilaplana, resume así las satisfacciones que, a un lado y otro del proyecto, está proporcionando ‘La compañía que te hará sonreír’, una iniciativa de esta institución desarrolla en residencias de mayores de la provincia de Cádiz por la que se pone en contacto a los abuelos con animales de compañía.

En concreto, en la iniciativa participan 34 veterinarios voluntarios, que cuentan con la imprescindible colaboración de 35 perros, un burrito enano y un conejo. Más de una treintena de residencias de mayores de la provincia han mostrado su interés en este proyecto.

El proyecto se inicia en el 2014. La paternidad del proyecto, según comenta el propio Vilaplana, «es de todo el colegio, no puede atribuirse a una sola persona» y surge «por nuestra experiencia clínica, al comprobar el gran dolor que sentían las personas mayores cuando se separaban de sus perros, porque fallecían o porque ya no podían cuidarlos». De esta observación, nació una idea complementaria, «¿y si llevamos a los animales a la residencias para que vuelvan a tener contacto con ellos

La experiencia no ha podido ser más positiva. El protocolo que se sigue suele ser el mismo. Los mayores se colocan, a ser posible, en el patio, en corro, en un lugar agradable. Los animales, con una gran intuición, se van acercando a cada uno de ellos y perciben si están asustados, si se pueden acercar más, si necesitan más cariño... «Estas medidas les ayudan a sociabilizar y a recordar muchas vivencias pasadas», subraya Vilaplana.

«Para empezar, contribuye a romper la rutina del mayor e introduce un elemento totalmente nuevo, lo que siempre les anima». Los veterinarios participantes constatan cómo ayuda al mayor poder acariciar al perro, dar una chuchería y sentir que hay un ser dispuesto a darles cariño incondicionalmente. Aunque no haya hecho falta emplearlo, todos los animales tienen un seguro de responsabilidad civil creado ‘ex profeso’.

Responsabilidad social

Los responsables del Colegio le restan importancia al hecho de haber organizado este tipo de actividad, que atribuyen a la «Responsabilidad Social Corporativa» que está señalada en los estatutos de la institución. Para con quien sí tienen palabras de agradecimiento es con los veterinarios participantes en el programa «de manera totalmente voluntaria».

Eso sí, el hecho de que para poder realizar cada visita hubiera que contar con el visto bueno de los residentes, de la dirección de la residencia y, en el caso de que hubiera plazas concertadas, con la administración, supuso un esfuerzo burocrático que ralentizó en parte la puesta en marcha del programa de los veterinarios.

«Sin embargo, todos los esfuerzos quedaron recompensados desde la primera visita. Llegar y ver a residentes que apenas hablan entre ellos charlando gracias al perro justifica todos los esfuerzos», relatan desde el Colegio de Veterinarios. Destacan que, incluso, se da el caso de ancianos que sólo salen de la habitación para encontrarse con el perro.

El entusiasmo de los veterinarios ha resultado ser de lo más contagioso. No en balde, en el marco de las ‘visitas caninas’, el Colegio de Veterinarios de Cádiz ha logrado sumar la participación de la Sección de Guías Caninos de la Policía Nacional de Cádiz.

La unidad, compuesta por agentes y perros policía, acude a las residencias a interactuar con los mayores en lo que es una nueva vuelta de tuerca a la iniciativa, que tiene continuidad en otros programas sociales en el resto de la provincia, como el que contempla la colocación de pajareras en algunos patios de colegios de la provincia.

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