LA GLORIETA

El Oratorio nos mueve

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La cesión del Oratorio de San Felipe Neri a la Junta para convertir el edificio en sede de los actos del Bicentenario y destinarlo a centro de estudios constitucionales ha provocado una movilización popular en Cádiz que ha puesto en jaque al obispado. El interés por desacralizar el histórico edificio de la calle Santa Inés a cambio de la construcción y arreglo de un puñado de templos en la provincia ha removido la conciencia de un sector de la población creando un debate que, desde luego, no se puede tomar a la ligera. Ninguna de las partes contaba con esta espontánea sublevación que rompe de un plumazo con algunos tópicos y reconoce al mismo tiempo que la ciudad se mueve sólo por las cosas que merecen la pena. Por esta razón, ni la Junta ni el Obispado pueden hacer oídos sordos a una petición que reclama más transparencia, más consenso y, sobre todo, más diálogo para darle otro uso al Oratorio. Los preparativos del Bicentenario y la búsqueda de una sede para su conmemoración nunca pueden ser objeto de división entre los propios gaditanos. Al contrario. Las diferencias, por ejemplo, entre Iglesia y cofrades que surgieron la pasada Semana Santa a cuenta del Resucitado abrieron una herida que no ha cicatrizado y que ahora, con el asunto del Oratorio, tiende a gangrenarse.

Ahora solo falta que El Libi aparezca el año que viene vestido de cura en el teatro Falla para anunciar que el Oratorio será un bar de copas. Todo es posible en Cádiz.