Reapertura de la actividad no esencial

Las tiendas y los bares de Jerez abren «con actitud Macarena: alegría y cosas buenas»

Muchos restaurantes continúan con las puertas cerradas a expensas de que mejore la situación en cuanto a horarios y contagios

EC

Elena Carmona

El tiempo en Jerez no acompañaba: hacía frío, viento, estaba nublado y de vez en cuando chispeaba. Pero la gente tenía ganas de tomarse una cerveza y una tapa antes de comer.

A primera hora de la mañana los negocios volvían a subir sus barajas y acatar un horario restringido que sigue siendo poco atractivo para quienes apuestan por un sector que es gran generador de la economía local. La Voz ha hecho un recorrido por distintos puntos de la zona centro de la localidad jerezana para testar el ambiente y el panorama al que se enfrentan estos autónomos.

La mayoría sigue poniendo toda la carne en el asador y como decía Mercedes Gómez, «yo vengo con actitud Macaren a: alegría y cosas buenas», un positivismo con el que intenta animar a su clientela. Lleva 20 años con el negocio y abría sus puertas con «mucha ilusión, muchas ganas, tenemos una situación complicada pero hay que seguir ». Tanto la actitud como la responsabilidad son importantes, a su juicio. Recuerda que estamos viviendo una pandemia mundial, «pero hay que seguir trabajando y decir que estamos aquí, que cumplimos con todas las medidas, que el público ya se ha acostumbrado a mantener las distancias , incluso quedarse en la puerta... Yo no quiero perder esta fuerza». Se han vivido momentos malos como la crisis de 2008 y se ha remontado.

Otra tienda de ropa es la de María José Fernández que volvía también con mucho « ánimo y fuerza , pero con mucha incertidumbre porque no sabemos qué nos viene». Doce años al frente de un negocio, donde el año ha sido «malo y nos está tocando mucho psicológicamente porque por ejemplo han dejado de celebrarse comuniones, bautizos, bodas, feria...». Y además, no les quitan «impuestos ninguno. Tenemos que seguir pagando el alquiler del local. Nosotros le ponemos todo nuestro empeño, pero necesitamos ayuda . Vamos a aguantar mientras podamos».

Mercedes Gómez, que lleva 20 años con su establecimiento, atendiendo a una clienta EC

También volvían a abrir sus puertas las agencias de viajes , como era el caso de Selma, que se enfrenta a una «situación tremenda al estar prohibido el movimiento con los cierres perimetrales». Están subsistiendo gracias a los billetes de autobuses para las pedanías y a la compra de billetes de avión: un nicaragüense que tiene que volver a su país, aquel que tiene que volver a Casablanca. «Estamos atados de pies y manos. En el turismo dependemos de las vacunas », aseguraba una encargada de la agencia.

Bares y restaurantes

Un poco más tarde, a la hora del aperitivo, la imagen del centro de Jerez intentaba volver a una normalidad , casi olvidada con tantas restricciones, pero que aún se percibe diferente. Jimy del Camachuelo explicaba a La Voz que «la gente tenía unas ganas enormes a echar sus ratitos. Desde las ocho de la mañana no hemos parado, han venido tanto los clientes de siempre como otros que estaban dando una vuelta. La gente está muy contenta y con muchas ganas ».

Mientras tanto, el Tabanco Plateros tenía todas sus mesas de la terraza llenas. «La gente tenía muchas ganas de su tapita y su copita. La gente necesita salir y socializar dentro de las limitaciones que tenemos ahora».

Versión muy diferente era la que planteaba uno de los propietarios del restaurante Alboronía. Víctor Marín contaba que no van a abrir por las limitaciones de horarios, ya que por ejemplo no puede dar cenas. «Un restaurante que no tenga cenas ya se encuentra con la mitad de la posible facturación, sobretodo viernes y sábados». Quieren ver cómo va el tema, si bajan los contagios, y «si podemos aguantar con la situación, lo haremos. Para que cuando volvamos a abrir tengamos unos ingresos que nos permitan vivir . Porque si no, me cuesta más dinero estar abierto que cerrado ». En esa misma sintonía se veían muchos establecimientos hosteleros del centro en la plaza Plateros o frente al Ayuntamiento , donde Carlos del restaurante Albores afirmaba que había habido trasiego de gente durante la jornada, pero s u terraza a la hora del almuerzo permanecía muy tranquila .

Alejandro del mesón Asador también calificaba de tranquila la jornada de reapertura. «Estamos acostumbrados a un ritmo mucho más elevado , pero es el primer día, la gente sigue teniendo un poquito de temor y es normal». Había ambiente y confían que el fin de semana sea bueno y el tiempo acompañe porque «lo que queremos es trabajar ».

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