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Los gaditanos completaron una gran actuación este fin de semana. :: LA VOZ
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Pasión, honor y prueba superada

ANTONIO VALIMAÑA
CÁDIZ.Actualizado:

Misión cumplida. No sin esfuerzo, mucho esfuerzo, pero con la satisfacción plena al lograr completar la Powerade ION4 Madrid-Lisboa, una carrera de Mountain Bike Non Stop marcada por la exigencia y el sacrificio.

Alrededor de 770 kilómetros sobre una bicicleta de montaña por senderos, pistas y caminos rurales o forestales. Y sin parar. Es el reto que llevaron a cabo el pasado fin de semana los gaditanos Juan Carlos Cabrera, Carlos de Lara y José Antonio Rovayo, componentes de la escuadra Team Cádiz.

Por equipos compitieron estos amantes del deporte que cumplieron con creces su misión. 55 horas era el plazo fijado como límite y ellos lograron completar la faena en algo más de 50 horas.

«Es una vivencia espectacular que esperamos repetir en próximos años. Es cierto que la prueba es muy exigente, pero merece la pena vivir esta experiencia», aseguraba ayer José Antonio Rovayo a LA VOZ poco después de poner el punto y final a la excitante competición en el lisboeta Parque de las Naciones.

«Iniciamos la aventura el viernes en torno a las 13.00 horas desde la localidad madrileña de Las Rozas y hemos llegado alrededor de las 16.00 horas de hoy -por ayer- a Lisboa. Ha sido extenuante porque, aunque íbamos en grupo, apenas hemos tenido momentos de descanso. Mientras uno llevaba a cabo la etapa, el otro conducía la furgoneta y era entonces cuando el miembro restante aprovechaba para descansar. Eso sí, nos marchamos muy contentos tras vivir esta experiencia», destacaba Rovayo.

Perdidos y con averías

En un evento en el que asistieron un total de 634 participantes, en equipos de dos, tres o cuatro integrantes (sin olvidar los 19 deportistas que decidieron disfrutarlo en solitario a través de la categoría individual), los gaditanos acudieron con un equipamiento nada desdeñable. «Además de la bicicleta y la furgoneta, nosotros llevábamos comida, bebida, GPS, teléfonos móviles, herramientas, recambios, mantas térmicas...», aseguraban los participantes.

Todo eso y grandes dosis de compañerismo fueron factores claves para poder atravesar la línea de meta en el tiempo exigido. «Muchos participantes nos hemos perdido y hemos sufrido averías, pero se ha podido llegar a la meta, que era el objetivo. Ahora bien, esto ha sido posible por la solidaridad vivida durante la prueba. Sin ir más lejos, Juan Carlos Cabrera sufrió un percance en un pequeño barranco y pudimos continuar gracias al apoyo de unos deportistas gallegos», puntualizaba un exhausto Rovayo.

Y todo ello después de cuatro meses de entrenamientos marcados por la ilusión. «Somos tres amigos que hemos decidido formar parte de una competición de mountain bike sin precedentes. Y todo eso gracias al apoyo de los numerosos patrocinadores y colaboradores (Red Bull, Isostar, Fisioterapia Kinesys 25, Chiringuito Marimba, Bicicletas Bigote, Bicicletas Kross...) que han estado con nosotros en esta aventura. Sin ellos no hubiese sido posible cumplir este sueño», destacaba uno de los integrantes del Team Cádiz.

El campeón repite experiencia

En cuanto al resultado, Cabrera, De Lara y Rovayo también se mostraron satisfechos. A fin de cuentas, no era nada sencillo luchar frente a equipos como el Powerade-MMR. Formado por Julen Zubero, Vidal Celis, Óscar Pujol e Ibon Zugasti. Esta escuadra se adjudicó por segunda vez consecutiva la Powerade ION4 Madrid-Lisboa.

Sin pasar por alto la actuación de otros conjuntos como el Sportbike-Extremadura, segundo clasificado. Encabezado por Manuel 'Triki' Beltrán, José Luis Carrasco, Alejandro Díaz de la Peña y Pedro Romero, que terminaron a más de 25 minutos (29:18:49) de los vencedores.

Luis Pasamontes (MMR) fue el otro gran protagonista al liderar con holgura la categoría individual, mientras que las féminas del 'Where is the limit Women' también dejaron su sello.

Unos registros espectaculares que dejan constancia de la hazaña lograda por tres 'románticos' gaditanos que ayer regresaron en furgoneta hacia la Tacita de Plata tras hacer historia en la capital portuguesa.