Cádiz toma con fuerza la salida de la emigración

Tienen entre 25 y 35 años y llevan meses esperando un empleo que no cuaja o encadenando contratos precarios a la espera de que las cosas mejoren. Esos son los emigrantes que cada año salen de la provincia en busca de salidas laborales y que no se diferencian tanto de aquellos que hacían las maletas en los sesenta para probar fortuna en las fábricas de Alemania, Francia o Suiza. Hoy no son operarios en una cadena de montaje, sino camareros, enfermeros, niñeras o trabajadores de la construcción. Y especialmente demandados son nuestros titulados universitarios, que deciden marcharse cansados de los bajos salarios, las malas condiciones laborales o el desempleo.

A lo largo del año pasado salieron 3.788 personas, según avanzó ayer el Instituto Nacional de Estadística. La cifra supera a la del año pasado ?(un 19% más), aunque, sorprendentemente, no resta población. De ellos, 1.155 son gaditanos, el resto se dividen entre ciudadanos de la Unión Europea (958) y del continente africano (753), principalmente.

Este 'éxodo' no se ve compensado con el número de personas que recalaron en Cádiz por cuestiones laborales o familiares. En 2013 lo hicieron un total de 3.176, de los que poco más de medio millar fueron de nacionalidad española que, bien abandonaron su aventura en el extranjero o regresaron a casa tras la jubilación. El resto, son en su mayoría ciudadanos de la Unión Europea -un total de 1.121-, que, por lo general, no vienen a probar suerte en el mercado de trabajo de la provincia, sino a disfrutar del retiro laboral atraídos por las bondades climatológicas, las rebajas inmobiliarias y las ventajas que ofrece el sistema público sanitario. Cádiz también continúa siendo receptora de ciudadanos de los países del norte de África -algo más de medio millar llegaron el año pasado-, en muchas ocasiones como lugar de tránsito en la marcha hacia zonas con más posibilidades o incluso de camino hacia otros países europeos.

La provincia ha mostrado una tendencia algo distinta a la del resto de España, que ha perdido habitantes por segundo año consecutivo desde que existen datos anuales. Cádiz, por el contrario, se mantiene en los 1,247 millones de habitantes. Uno de los motivos principales de esta bajada nacional se encuentra en la caída del número de extranjeros. Un total de 547.890 personas se marcharon al extranjero durante el año pasado, de las que 79.306 eran de nacionalidad española, según los datos del INE. Así, a lo largo de 2013 la cifra de extranjeros se redujo un 7,8% hasta las 4.676.022 personas, debido al efecto combinado de la emigración y de la adquisición de nacionalidad española.

El saldo migratorio, es decir, la diferencia entre quienes llegan a España y quienes se marchan, fue negativo con 256.849 personas -llegaron 291.041 procedentes del extranjero y se marcharon 547.890-, una cifra un 80,2 % superior a la de un año antes y que estuvo basada en el descenso del 4,3 % de la inmigración y el aumento del 22,7 % de la emigración.