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3.000 no es igual a 30

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Esther y Miriam tendrían hoy 29 años. Probablemente habrían terminado sus estudios y estarían trabajando, o buscando ese empleo tan deseado por los jóvenes de su edad. Quizá tendrían pareja e, incluso, podría ser que fuesen madres. Nunca lo sabremos. Tenían 3 años cuando una bomba les quitó la vida. Y, con ellas, se fueron esos amigos, Pedro, Rocío y las dos Silvias que, quizás por tener pocos años más, no dejarían que las más pequeñas participasen de sus correrías por la casa cuartel de Zaragoza. En diciembre se cumplen 26 años de su partida; los mismos que ha estado en la cárcel Inés del Río. Pero mientras que, para ésta, la condena ha tocado a su fin, para las familias que perdieron a sus hijos, la condena de no poder disfrutar de ellos, de no poder alegrarse de sus éxitos, o sufrir con sus preocupaciones, no terminará nunca. Como nada suplirá las ausencias de todos los gaditanos asesinados, Antonio Mateo, Ascen García, Antonio Ramos, Juan Manuel Román, Antonio Gómez, José Gómez, Joaquín Ramos, Alfredo Suar, Pedro Barquero, Mariano Román, Hortensia González o Antonio Ramírez. La mayoría lo fueron antes de 1995 y, como ya todos sabemos, el Tribunal de Estrasburgo ha dictaminado que es ilegal que a los asesinos se les aplique, de manera retroactiva, la no redención de penas vigente o, lo que es lo mismo, que pueden beneficiarse de las redenciones del Código del 73. Ya desde los años 80 se venía reclamando en el Congreso, recordemos las iniciativas de Suárez o de Manuel Fraga, contra esas redenciones pero, no solo se ampliaron en el 83, sino que hubo que esperar hasta 1995 para que se eliminasen. Con la legislación actual no existen, en efecto, redenciones pero, aun así, la pena máxima es de 30 años. Inés del Río fue condenada a 3.828 años; tras la sentencia del Tribunal Europeo, que estima hay que aplicarle las redenciones, ya que sus asesinatos fueron antes de 1995, ha salido con 26. Pero, aunque Estrasburgo nos hubiera dado la razón, esos 3.828 años se habrían convertido en 30 y estaría en la calle dentro de 4. Y por eso es tan importante la reforma que plantea Gallardón, la cadena perpetua revisable, para que nunca más, en esos crímenes tan horrendos, 3.000 sea lo mismo que 30.