opinión

El trío

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La política gaditana está representada por dos tríos tanto a su izquierda como a su derecha. Unos cantan más que el trío que formaron en su momento Pavarotti, Carreras y Plácido Domingo.Es el caso de la terna que integran el presidente provincial del PP, Antonio Sanz, el presidente de la Diputación y alcalde de San Fernando, José Loaiza, y la regidora de Cádiz y diputada nacional, Teófila Martínez. Se trata de la cara amable encargada a diario de exportar las bondades del Gobierno de la Nación y, al mismo tiempo, interpretan con voz tosca las calamidades de la Junta. En el lado opuesto aparece un trío que guarda cierta relación con los mosqueteros que servían al rey Luis XIII. Me refiero al delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, a la alcaldesa de Sanlúcar y secretaria provincial del PSOE, Irene García, y al presidente de la Ejecutiva Provincial, el histórico Manuel Jiménez Barrios. Los tres han abanderado durante los dos últimos años la renovación socialista en la provincia a través del griñanismo. No ha sido fácil depurar la estructura que había creado el Cardenal Richelieu, el todopoderoso González Cabaña, y el Conde de Rochefort, encarnado por Luis Pizarro. El ascenso de Susana Díaz a la presidencia de la Junta los coloca en una posición privilegiada para optar a cargos de responsabilidad en la Administración regional.

Es la cuota de representación que ahora demanda Cádiz para ingresar en el futuro Gobierno autonómico. La renovación en el socialismo gaditano se ha hecho, como tantas veces que hay cambios en una organización, a golpe de cuchilladas. Recuerdo cuando el sector crítico o renovador, como les gusta llamarse, dio el paso al frente y decidió plantar cara al aparato. Fue en el Comité Provincial del 22 de septiembre de 2011, celebrado en un hotel del Novo Sancti Petri, en Chiclana, cuando el entonces portavoz del PSOEen el Ayuntamiento de San Fernando, Fernando López Gil, el exalcalde de Vejer, Antonio Verdú, y el regidor de Chipiona en aquel momento, Manuel García, abandonaron la reunión para denunciar que la elaboración de la lista socialista de Cádiz a las elecciones generales del 20-N era un verdadero fraude. La candidatura estaba encabezada por Manuel Chaves, mientras que González Cabaña había logrado colocarse en el segundo puesto.Le seguían Mamen Sánchez y Salvador de la Encina. Los griñanistas denunciaron, pese a que el comité aprobó la candidatura por mayoría absoluta, 133 votos de 150, que la lista no recogía lo expresado en las asambleas. López Gil se convirtió a partir de ese momento en el D’Artagnan del socialismo provincial. Entre quienes arroparon su decisión se encontraba también el exalcalde de Algeciras, Tomás Herrera, la exregidora de Jerez, Pilar Sánchez, mientras que entre bambalinas, los históricos Rafael Román, Juan Cornejo y José Luis Blanco, entre otros, empezaban a dar contenido y forma a una nueva corriente en el partido que, finalmente, ha terminado imponiéndose.