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Más alegría que fútbol

El Xerez salva un punto ante el Granada gracias a un gol de penalti de Óscar Díaz en el último minuto que le deja a una victoria del ‘play off’

Jerez Actualizado: Guardar
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A los azulinos no les quedaba otra que dar por bueno el punto al final del partido, pues a falta de un par de minutos para que el colegiado señalara el final del derbi el Granada tenía los tres puntos en su maleta. Pero entonces volvió a aparecer Pino Zamorano –muy necesitado de protagonismo–. En apenas unos segundos el balón pudo tocar hasta dos veces en las manos de los jugadores del Granada, pero el castellano-manchego pitó la que menos pinta tenía de ser penalti. Al Xerez ya le había dado su dosis de injusticia, por lo que trató de compensar pitando un penalti que hizo respirar al xerecismo, pues Óscar Díaz marcó y permitió que el Deportivo se quedara a tres puntos de la zona de ‘play off’.

Y es que el encuentro tuvo lo suyo. No rebosó fútbol, pero sí emoción e intensidad. Quizás habría que empezar recordando que el derbi no empezó con el pitido inicial de Pino Zamorano. El encuentro entre el Xerez y el Granada había comenzado casi una semana antes con una guerra fría de declaraciones. Desde la sala de prensa de Chapín se habían lanzado varias pullitas, pues fueron varios los integrantes del vestuario azulino que aventuraban un Granada defensivo en Chapín. De hecho, el mismo Javi López planteó el partido de inicio tratando de abrir el campo con dos jugadores de velocidad, como Pablo Redondo y Óscar Díaz, por banda y Capi con total libertad para crear fútbol por detrás de José Mari.

Pero el escenario no tal y como lo había pintado Javi López en la previa del encuentro, pues el Granada no colocó el autobús ni mucho menos en su área. Fabri salió con las lógicas reserva del equipo que juega fuera de su estadio, pero puso a bastantes hombres por delante del balón. De hecho, no tardó mucho en llegar la primera ocasión de riesgo para los intereses azulinos por culpa de una internada de Dani Benítez que solo pudo frenar Chema. El interior zurdo se encontró durante la primera parte una autopista sin peaje por su carril izquierdo, pues Javi López apostó por un Edu Moya que siempre perdía la partida cuando se la jugaba en velocidad con rapidísimo extremo del cuadro granadino.

La ocasión llegaba en el primer minuto, y por más que sirvió de aviso, fueron varias las veces que Benítez arrancó creando muchísimo peligro en el área azulina. Y es que el Granada casi siempre apostó por buscar el carril en velocidad o tratar de trenzar jugada por el centro. De hecho, así llegó el gol con el que se puso por delante. Precisa conexión entre Rico y Geijo para que el delantero hispano-suizo recortara a Chema y transformara en gol con la izquierda.

El tanto no cambió ni el escenario ni el tempo del partido. El Xerez tenía más balón, pero no más peligro y fueron pocas las llegadas de los azulinos en la primera parte. Por las alas había poca fluidez, y por el centro Capi trataba de poner criterio, pero no encontró un socio preciso hasta dos minutos antes de que se llegara al descanso. El de Camas recibió dentro del área un pelín forzado y remató para que Roberto enviara a córner en una de las mejores ocasiones azulinas de una primera parte que acabó con polémica por una acción en la que Álex Geijo debió de ser expulsado. El delantero del Granada entró al pique con Edu Moya y le asestó un tortazo en las narices de todo un banquillo xerecista que saltó rápidamente protestando una acción que al árbitro le pillo de espaldas. Pino Zamorano tuvo que tirar de su cuarto árbitro y se equivocó al mostrar solo amarilla cuando se trataba de una agresión sin balón de por medio. Geijo se quedó sobre el terreno de juego y pudo iniciar a una segunda parte en la que poco cambió el partido. El Granada jugó de manera muy inteligente, arriesgando lo justo para crear peligro. Y las ocasiones volvieron a llegar a la portería de un Chema, que antes de que se cumplieran los diez primeros minutos de la segunda parte tuvo que impedir que el Granada incrementara su ventaja gracias a una buena jugada de Carlos Calvo que no acabó exitosamente Míkel Rico.

Peligro a balón parado

Los azulinos no eran capaces de crear triangulando ni con balones directos. La intensidad era alta, pero lo que fallaba era la milimétrica precisión que exigía la presión de la apretada línea defensiva granadina. Por eso el peligro del Deportivo tuvo que llegar a balón parado. José Mari cabeceo con fuerza y picado abajo, pero Roberto respondió con una parada soberbia sobre la misma línea de gol.

La respuesta del Granada no se hizo esperar, pero Siqueira perdonó el segundo, que hubiera resultado definitivo. En lugar de ceder a Geijo, al que tenía desmarcado a su derecha, el futbolista del cuadro visitante se la jugó en el mano a mano con Chema y salió perdiendo.

El Xerez vio como se le podía haber escapado definitivamente el duelo y dejó la pizarra de lado para apostar por la verticalidad, la precipitación y ese juego alocado que en ocasiones tiene premio. De hecho, ayer lo tuvo para los de Chapín.

Para empezar, Carlos Calvo fue expulsado por dos tontas amarillas que levantaron aún más el animo de un Xerez que se volcó sobre la portería de Roberto. Javi López había movido el banquillo. Colocó a Capi y Font en el medio centro: Díaz y Capdevila, por las bandas; y Antoñito y José Mari en punta.

Pese al teórico orden del dibujo, el juego era alocado y arriesgado, pero el Xerez lo buscó, metió el balón en el área y, de un rebote, tocó en la mano de Rico. Pino Zamorano marcó el penalti y Óscar Díaz no perdió la oportunidad de lograr la igualdad y un punto, que tal y como se había puesto el partido, supo casi a victoria. Los azulinos continúan enganchados a la pelea.