Los trabajadores, esta mañana, en las obras del puente. / ÓSCAR CHAMORRO
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Las obras del segundo puentes, paso a paso

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Las obras del segundo puente van a un ritmo lento. Los trabajadores de Dragados y la subcontrata Tecade, no más de una docena, están concentrados en la zona más cercana a la barriada del Río San Pedro concentrados en la colocación de piezas de hierros que estos días se están trasladando y apilando en la zona.

Con un ritmo y un número de operarios aún pequeños, las primeras señas de reactivación se han dejado notar especialmente en la zona más cercana a la barriada del Río San Pedro, donde se ha reforzado el personal encargado de los bloques de hormigón que servirán de base provisional para asentar las dovelas (grandes estructuras de hierro) antes de su izado en el tramo de cinco pilas que queda para conectar con la variante ya abierta a la circulación.

Los puntos exactos donde debían caer ya habían quedado marcados antes de la paralización (hace aproximadamente tres meses), y ahora esta tarea (que ya arrancó tímidamente la semana pasada) se ha visto reforzada con la colocación, por parte de una cuadrilla de Mantenimiento, de las denominadas «setas de protección», un remate a las barras de hierro que se colocan sobre dichas bases, con la intención de prevenir, para que nadie pueda ser dañado en una caída fortuita. Forma parte de las medidas obligatorias de seguridad, pero son el síntoma de que más obreros están por venir.

Preparar el escenario

Al mismo tiempo, los que ya pisan el terreno preparan los materiales para los compañeros que llegarán de manera escalonada. Antes de la festividad de la Ascensión, sólo un equipo reducido a la mínima expresión se mantenía en este lugar: un encargado de la propia Dragados, un obrero que manejaba los controles de la grúa con la que se bajaban los bloques y un tercero que se ocupaba de asentarlos. Nadie más dentro de un paisaje desolador.

Lejos de cualquier predisposición a un ritmo frenético, la mañana de ayer vino marcada por la relativa tranquilidad y por el silencio -inhabituales en otros tiempos- en la zona, sólo rotos por la actividad en los talleres de otros empresas en el polígono industrial cercano.

Según reflejaban algunos trabajadores reincorporados ya, en un recorrido por el lineal del futuro trayecto ya pueden contemplarse a operarios trabajando en varios sectores. Todos ellos mantienen el turno de siete de la mañana a siete de la tarde, lo que da idea de que por lo menos hay faena por delante.

Las contratas, pendientes

Una de las piezas fundamentales, las subcontratas, todavía no ha retornado a la zona del Río, aunque ya han hecho acto de presencia en el nudo de comunicaciones cercano. A primeras horas de la jornada, una excavadora trasladaba precisamente en su pala un buen número de señales de tráfico para regular mejor la circulación por algunos tramos de la variante.

Aunque la cancela de la obra perteneciente a la 'península' de Cádiz permanecía ayer cerrada, sobre algunas de las pilas dispuestas sobre el agua se apreciaban unos mínimos efectivos. En aquella zona la novedad más llamativo ha sido la incorporación de una barcaza desde la que se asumirá la señalización de la canal de la Bahía., una delimitación absolutamente necesaria para proseguir en el cometido.

Los responsables de algunas de las contratas avisan que la reincorporación llegará «progresivamente», y confirman que «de momento» nadie les ha llamado «oficialmente» para reemprender las tareas que hasta hace semanas tenían encomendadas, algo sobre lo que asumen de manera comprensiva que «requiere tiempo».

De hecho, los empresarios matizan de cara a quienes pretendan contemplar un acelerón inmediato que «desde el momento en que se diga que se empieza hasta que realmente se pueda hablar de un rendimiento 'en condiciones' podrían pasar entre 10 y 15 días». Dentro de ese intervalo se incluye igualmente la contratación del personal que fue enviado a casa con el despido, con lo que fuentes consultadas hablan de «al menos un mes» antes de que las primeras piezas nuevas puedan verse en la obra, con lo que se estaría hablando de «finales del mes de septiembre o principios de octubre», aseguran.

Construcción en Sevilla

Por otra parte, se incorpora como un factor ralentizador añadido el hecho de estas estructuras supongan elementos de entre 250 y 300 toneladas de peso, que requerirán un proceso previo de construcción que en cualquier caso se llevará a cabo fuera de la obra, en naves localizadas en Sevilla y pertenecientes al grupo Tecade, donde todavía no se ha recibido el encargo para arrancar en dicho cometido. Una vez recibido el material, en dichas instalaciones se procederá primero al corte, y luego a su fabricación. En una segunda fase llegará el momento el traslado hasta la zona de la obra en que se ubicarán definitivamente, un trámite no menos complicado.

En él se pondrán en juego transportes especiales, que conducirán las piezas hasta el lugar oportuno. Luego llegará el turno del desmontaje, del 'limado' de las imperfecciones que provengan de fábrica y de una última revisión por parte de los especialistas en topografía.

Desde que estas dovelas toquen suelo hasta que definitivamente se empiecen a izar habrán podido pasar otras dos semanas, lo que ofrece una buena idea de las dimensiones gigantescas y del paso lento a que se tiene que someter el proceso que aún queda por acometer.