Abel Calatayud controla el esférico ante un rival. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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La constancia del Portuense le permite llevarse la victoria ante el Murallas

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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A nadie le debe sorprender el encuentro visto ayer entre Portuense y Murallas de Ceuta. El primero venía de perder los cuatro partidos de la segunda vuelta, mientras los caballas llegaban penúltimos y con un pie dentro del descenso. De ahí, que hubiera de estar acertado ante el portal contrario y amarrar los puntos. En eso corrió mejor fortuna el conjunto de Manzano, porque si Corrales hubiera acertado ante Ismael, el mejor de los locales ayer, otro gallo hubiera cantado. Hay una regla en el fútbol, que el que perdona lo paga y eso le ocurrió al Murallas en el Cuvillo. No es que el Portuense no cejara en su empeño de llevarse el partido adelante, porque ganas le puso el conjunto rojiblanco, pero los de Manzano andan un poco atascados en su juego, como ayer sobre todo se observó en los primeros 45 minutos, porque, salvo el gol, proveniente de un penalti, pocas ocasiones hubo, que no hubiera sido la de Mere con la cabeza en el minuto 20, donde Garrido la sacó cuando el gol estaba cantado. El penalti de Lolo Prado, a los 28 minutos trajo algo de tranquilidad a la parroquía local.

En la segunda parte el Portuense hizo gala de su constancia y José Antonio logró con un gol muy importante para los suyos.