Airbus ralentizará la producción del A400M hasta que haya un acuerdo

Si no hay acuerdo con los países clientes se pararán las máquinas. Tal vez no fueran las palabras exactas, pero el sentido no varía. Los responsables de Airbus ya lanzaron esa misma amenaza cuando oyeron las primeras negativas de los países clientes a asumir el sobrecoste del avión militar A400M. Tras dos encuentros en Berlín y varias ofertas fallidas que partieron de la propia compañía, la dirección se plantea ahora «ralentizar la producción de la aeronave», aunque se mantienen los plazos de las unidades de prueba que ya están en la cadena de montaje. Ayer mismo se lo confirmaban a los miembros del comité interempresas, con los que se reunieron para abordar la situación del proyecto millonario.

Alemania, que espera 60 de las 180 aeronaves encargadas, es el que sigue tensando la cuerda y volverá sobre el asunto el próximo 4 de febrero en una cumbre bilateral con Francia, que tiene firmado un pedido de 50 . Y mientras tanto, cada mes de retraso le sale a la empresa por cien millones. Por eso mismo, el presidente de la división militar, Domingo Ureña, tomó ayer la decisión de poner el pie en el freno ante la incertidumbre, según informaron fuentes del comité intercentros que participaron en el encuentro.

La sensación que transmitieron los directivos es de «escepticismo», tal como manifestaron representantes de los sindicatos. Y dadas las circunstancias y lo que supone para el futuro de la compañía un nuevo retraso, van a iniciar una serie de asambleas informativas en cada centro que comenzarán este mismo lunes.

La intención es preparar una estrategia conjunta para meter a los trabajadores en el proceso de negociación. Y ya está surtiendo efecto, puesto que ayer mismo solicitaron al presidente del Gobierno, José Luis Zapatero, que «tome las riendas» durante la presidencia española de la Unión Europea para buscar un encuentro entre los siete países del programa militar.

Como portavoz de los empleados ejerció el presidente del comité interempresas de Airbus España, José Alcázar (CC OO), que consideró «impensable» cancelar el proyecto. El tiempo apremia y el plazo límite planteado por la compañía, que expira este domingo, no es baladí. Fue precisamente el que marcaron los auditores de EADS para cerrar las cuentas de 2009, según explicó Alcázar.

«La compañía quiere continuar con el proyecto, pero con un acuerdo para cubrir los entre 6.000 y 11.000 millones de euros que son necesarios, por lo que ha pedido a todas las partes un esfuerzo, ya que no cabe otra posibilidad». El sindicalista está totalmente convencido de que si el consorcio europeo no puede soportar el sobrecoste «posiblemente entraría en quiebra».

La incertidumbre de los trabajadores tuvo ayer una respuesta política. Tanto el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, como su consejero de la Presidencia, Luis Pizarro, hicieron un llamamiento a la tranquilidad y apostaron por una continuidad del proyecto. Tanto uno, desde Sevilla, como el otro, desde Cádiz, dijeron confiar en el buen rumbo de las negociaciones, aunque reconocieron la dificultad que plantean. De la misma forma, insistieron en que el «el trabajo y el esfuerzo realizado no pueden frustrarse». El resultado final se espera para la próxima semana.