Un hombre traslada a una niña herida en una camilla hecha con un trozo de madera en Puerto Príncipe. :: AP
MUNDO

Ban Ki-Moon pide a la ONU más tropas

El secretario general reclama otros 3.500 efectivos para atajar la inseguridad mientras se eterniza el reparto de alimentos

PUERTO PRÍNCIPE. Actualizado: Guardar
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El aeropuerto de Puerto Príncipe es ya una base militar estadounidense en la que se apilan efectivos humanos y paquetes de ayuda para los miles de damnificados por el terremoto. Ayer comenzaron a recorrer las calles de la capital haitiana las primeras patrullas de reconocimiento, y algunos vehículos Hummer ejercieron de escolta en tareas de reparto de alimentos y agua. Pero el tiempo corre muy rápido para las víctimas y la distribución del socorro aún es exasperantemente lenta.

Después de una segunda reunión, el Ejecutivo que preside René Preval ha decretado el estado de emergencia. Una redundancia viendo el estado de la ciudad y si se escucha al comandante norteamericano al frente de la operación, Ken Keen, para quien 200.000 muertos pueden ser una cifra razonable como «punto de partida»: «Es un desastre de proporciones épicas».

Fuentes oficiales confirman que se ha recibido de la ayuda internacional más alimentos de los que se pueden almacenar y distribuir. «En principio tenemos suficiente comida, el problema es la recepción y almacenamiento y que todo llegó en desorden y no tenemos un inventario preciso de todo».

Policía sobrepasada

Otro problema es la falta de seguridad, pues «la Policía está sobrepasada», reconocía el coordinador nacional de alimentos, Michel Chancy. En las últimas horas se han avivado los saqueos a los comercios del centro de la capital, con enfrentamientos entre propietarios y saqueadores, entre los propios delincuentes y entre estos y los mal equipados agentes locales. Ya se han producido varios muertos, bien por disparos de la Policía, bien por linchamientos callejeros.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que se encuentra en Puerto Príncipe y al que ayer se unió el enviado de Barack Obama, el ex presidente Bill Clinton, ha pedido al Consejo de Seguridad que amplíe en 3.500 miembros las fuerzas internacionales de paz para atajar la situación de inseguridad y la coordinación de la ayuda.

Por ahora, sólo la presencia estadounidense parece poder resolver la situación. Sin embargo, Brasil, principal responsable de la misión de la ONU desde 2004 y que no se ha recuperado del choque de perder a un centenar de sus miembros, se ha sumado a Francia en poner reparos al despliegue norteamericano. El Gobierno de Lula ha protestado porque los vuelos militares estadounidenses tengan prioridad y ha advertido de que no cederá el mando de las fuerzas.