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El arquitecto Palli Selga acumula otra imputación por un caso de Obra Nueva

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los problemas judiciales siguen acuciando la situación del arquitecto Joaquín Palli Selga, quien ha vuelto a ser imputado por otro caso de Obra Nueva que ha destapado la Policía Autonómica en Chiclana. Este profesional, que tiene ya dos sentencias condenatorias de la Audiencia Provincial por falsificar certificados de antigüedad de viviendas situadas en suelo no urbanizable, tiene demasiados frentes judiciales abiertos. Fuentes judiciales confirmaron a este medio en octubre del año pasado que había más de medio centenar de denuncias contra este arquitecto, a quien sólo la Policía Autonómica le ha imputado en 13 ocasiones distintas.

La última investigación de esta unidad adscrita a la Junta ha concluido con la acusación para cuatro personas por la construcción ilegal de dos chalés unifamiliares en Chiclana. Además del arquitecto Palli Selga está el constructor, identificado como M. R. B. y también implicado en tres operaciones anteriores; y otras dos personas más -N. A. R. L. y D. A. R.- que serían las propietarias de los inmuebles. Los delitos que les imputa la Policía son los de falsedad documental y atentado contra la ordenación del territorio.

La investigación fue ordenada por el Juzgado mixto nº 1 de Chiclana a instancias de la Fiscalía de Medio Ambiente y el objetivo encomendado a los agentes era que verificaran en qué condiciones se habían edificado dos viviendas en una finca de 2.000 metros cuadrados del Pago Caulina, situada en el Camino de las Flores.

La parcela está dividida en tres partes separadas por muros de obra, en dos de las cuales hay dos chalés unifamiliares gemelos. Los inmueble, uno de ellos con piscina, están terminados y con signos de que están ocupados, a pesar de que están levantados sobre «suelo no urbanizable no especializado»; es decir, suelo rústico en el que se precisa licencia municipal de obras, indicaron ayer desde la Policía.

Gracias a las ortofotografías de los años 2000-2001, 2005 y 2008, los agentes verificaron que las viviendas carecían de la antigüedad que había certificado Palli Selga en 2004. En dicho documento indicó que en la finca había una construcción de 330 metros cuadrados de más de cinco años, cuando lo que había era una vivienda más pequeña a la que añadieron posteriormente dos edificaciones nuevas.