La continuidad de Guardiola mantiene en vilo al barcelonismo. :: EFE
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Del glorioso presente al futuro incierto

El técnico retrasará la decisión sobre su renovación hasta que no conozca los candidatos oficiales y los posibles proyectos El Barça vive preocupado por la continuidad de Guardiola en un turbulento año de elecciones

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Fiel a su historia, para lo bueno y para lo malo, el Barça acaba su excepcional 2009 tan feliz por los seis títulos conquistados como preocupado por lo que pueda acontecer en el futuro próximo.

Así es el seguidor azulgrana, un sufridor, o en eso le han convertido. No puede ser de otra forma cuando Joan Laporta aprovechó su discurso navideño a los medios de comunicación para iniciar la carrera electoral con la estrategia de colocar a un candidato continuista en la presidencia que él se verá obligado a dejar al término de la temporada, por imperativo de los Estatutos del club. Y como se avecinan tiempos turbulentos, Pep Guardiola, que acaba contrato en junio y es más listo que nadie, retrasará la decisión sobre su renovación. Quiere conocer el nombre de todos los candidatos oficiales, sus planes deportivos, sus compañeros de junta...

La posibilidad de que Guardiola detecte algo que no le guste y diga adiós sí asusta al barcelonista. Los presidentes, tarde o temprano, se acaban a medida que su ego se apodera de ellos, henchidos de repercusión mediática. Pero entrenadores como Guardiola sólo hay uno: discreto, trabajador, inteligente, culé, exitoso... Él sí acapararía el cien por cien de los votos en las elecciones. El asunto podría parecer fácil. El candidato que se gane la confianza del entrenador de Santpedor será el vencedor. Se especula con la posibilidad de que algún candidato le ofrezca un cargo de director deportivo al estilo 'Premier League', con total control dentro y fuera del vestuario, por ejemplo en el siempre espinoso asunto de los fichajes.

Guardiola, empero, no tomará partido por ninguno, por lo menos públicamente. Tiene la experiencia suficiente como para saber, que si interviene, el club se fracturará y la parcela deportiva se acabará resintiendo. Él no saldrá del vestuario, aunque ya en Abu Dhabi se posicionó de alguna manera al dedicar el Mundial de clubes a Evarist Murtra, amigo personal del técnico y uno de los directivos que ha dimitido en la turbulenta 'era Laporta'. Su gran mérito fue convencer a la junta de que había que apostar por Guardiola. Acertó en la diana. Murtra, en principio, no irá con nadie en las elecciones, pero dedicarle un éxito es darle un tirón de orejas a Laporta.

Así las cosas, Laporta se metió en el barro el pasado 23 de diciembre. Uno de sus vicepresidentes, Jaume Ferrer, acababa de anunciar que se presentaría por su cuenta. Era la anunciada división en la actual junta, pues el delfín que deja el actual presidente es Alfons Godall, que espera al mes de enero para hacer pública su candidatura. Y Laporta aprovechó el tradicional aperitivo de confraternización que el club concede a la prensa en las fechas navideñas para tirar dardos envenenados. «Para presidir el Barça no valen personas consentidas ni mimadas, personas que no saben soportar la presión». `Y eso que aseguró que sería neutral! Unos dicen que se refería a Jaume Ferrer. Otros interpretaron su primer ataque frontal a Sandro Rosell, ex vicepresidente deportivo en el inicio de su mandato y el gran favorito a sucederle. Dimitió antes de ensuciarse demasiado. Rosell está limpio y su táctica, de momento, parece clara. Seguir en la sombra y esperar que los demás se destrocen los unos a los otros. Algo parecido a lo que está haciendo Ferran Soriano, ex vicepresidente económico, actual presidente de Spanair y un peso pesado en la sombra que todavía debe aclarar su planteamiento. Los socios Jaume Guixà y Agustí Benedito también han confirmado que se presentarán. Les costará encontrar un espacio.

Y mientras todo eso dure se mantendrán los interrogantes sobre el futuro de Guardiola. Los jugadores han dejado clara su opinión.

«No me imagino el Barça sin Pep, su propuesta futbolística es fantástica, nos ha cambiado la mentalidad, la disciplina, trabaja para el equipo, es todo. Hemos ganado seis títulos, pero con él no te cansas de ganar», comentó Xavi, en la línea de Iniesta cuando en plena celebración del triplete, micrófono en mano y hablando ante 90.000 seguidores que llenaban el Camp Nou, gritó: «Entre todos tenemos que hacer Guardiola se quede muchos años». Quizás ya intuía algo... Laporta, de momento, se lo toma con calma: «Pep necesita un tiempo prudencial para reflexionar y madurar una decisión que en la vida de una persona es muy importante. Para Pep la renovación es una cuestión vital y deportiva, debe tener el convencimiento de que podemos seguir ganando», comentó en Barça TV en la noche de Navidad. En eso sí acierta Laporta. Mejor no presionar a Pep y enfadarle, no vaya a ser que le dé por aspirar a la presidencia...