José Tomás saluda al público en Barcelona. :: AFP
Sociedad

El mundo del toro llama a la unión contra «este disparate»

Ganaderos, toreros y empresarios acusan a la izquierda nacionalista catalana de utilizar la moción antitaurina para sus «oscuros intereses políticos»

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A los profesionales y aficionados del mundo del toro, el resultado de la votación de ayer en el Parlament ha supuesto un sorbo amargo de un cóctel preparado desde hace tiempo. «Detrás de todo esto late un hipócrita trasfondo político oculto bajo lo que se ha bautizado como Iniciativa Legislativa Abolicionista», se lamentan. Los taurinos consideran que se ha producido una «indebida apropiación de símbolos por parte de los independentistas catalanes y el ilegítimo uso de las corridas de toros como elemento de intercambio para obtener nuevas prebendas políticas». El ex matador José Miguel Arroyo 'Joselito' fue uno de los más beligerantes: «Estos señores de la izquierda nacionalista catalana, a los que tanto se les llena la boca al pronunciar las palabras libertad, progresismo y minorías, son unos hipócritas. No obran en consecuencia a su ideario político, puesto que intentan limitar nuestra libertad».

Especialmente afectado se mostró el criador de toros de lidia Álvaro Núñez, representante de la ganadería de Núñez del Cuvillo, quien en declaraciones a este periódico se mostró sorprendido. «Pecaré de optimista, pero ni en mis peores pesadillas pensé que este tema podría llegar tan lejos». También el taurino catalán Enrique Patón confesó «sentir la espada de Damocles sobre las cabezas de las gentes que conformamos el plantea del toro». Pese al generalizado desencanto, dos mensajes merecen especial atención; de un lado, Joao Folque de Mendoza, ganadero portugués propietario de la vacada de Palha, quien advirtió que «del mismo modo que afirmamos que no se pueden prohibir las corridas de toros, los aficionados no podemos prohibir que se debata en las instituciones parlamentarias. Ayer, en el Parlamento catalán se dilucidó la conveniencia de confrontar argumentos a favor y en contra de las corridas de toros. Los parlamentarios catalanes nos han pedido que bajemos a las comisiones a discutir y confrontar, con argumentos de toda índole, hagámoslo entonces con criterio».

En esa misma línea, el empresario Pablo Chopera afirmó que «la votación de ayer forma parte de un proceso que, por el momento, ni es irreversible ni definitivo. Queda margen de maniobra y mucho trabajo por hacer. En primer lugar convencer al conjunto de la sociedad de que en democracia, no es posible conjugar el verbo prohibir». En este mismo sentido se manifestó el maestro Pedro Gutiérrez Moya 'Niño de la Capea', quien, desde tierras mexicanas, se apresuró a declarar que «lo primero que tendríamos que prohibir es la palabra prohibir. Los aficionados no somos personas beligerantes ni conflictivas, por el contrario respetamos a quienes no comparten nuestro amor por el toro bravo».

Nadie mejor que Victorino Martín García para hablar en nombre del toro. El ganadero no tuvo reparo en ahondar en la «la falta de madurez de la sociedad y la clase política española, que tanto se inclina en los últimos tiempos por atentar contra la libertad de elección de los individuos. Todo nos tiene que venir impuesto desde arriba; necesitamos que 'papá Estado' nos diga lo que podemos y no podemos hacer». Con todo, Victorino también tuvo duras palabras para los profesionales del toro, porque «más que autocrítica, ha faltado unión entre los distintos sectores profesionales. Igual ahora tomamos conciencia de la necesidad de crear un órgano único que nos represente y defienda frente a terceros. Es momento de mirar hacia delante y unir fuerzas para afrontar este disparate».