Ya van nueve amantes...

La aparentemente tranquila y hasta aburrida vida hogareña de Tiger Woods era una falacia. El golfista lleva días sometido al escrutinio de la prensa, que ha dado con una mina de oro. Primero fue el extraño accidente que sufrió hace unos días -estrelló su coche contra el árbol del vecino y su mujer rompió el cristal a palazos para sacarlo, según la versión oficial-, luego la inesperada petición pública de perdón a su familia, más tarde una infidelidad al descubierto, otra, otra más... Y para colmo ayer su mujer, Elin Nordegren, se fue de casa y su madre -la todavía suegra de Woods- tuvo que ser hospitalizada de urgencia de madrugada. Estaba en casa del golfista y sufrió una indisposición estomacal. Se entiende, porque la que está montando el yerno es para indisponer a cualquiera.

La prensa rosa, que hila muy fino, ya vio en el accidente de Woods algo raro. Se rumoreaba que su mujer había sufrido un ataque de cuernos y que la había emprendido a golpes con él. Entonces salió Tiger a disculparse por las «trangresiones» que había cometido. «Traicioné a mi familia y lamento de todo corazón estas desviaciones. No actué en consonancia con mis valores». Que se sepa, las 'trangresiones' o 'desviaciones', como él las llama enigmáticamente, han sido nueve y todas tienen nombre de mujer. Ayer ya habían salido a decir en los papeles que tuvieron un lío con Woods. Entre el 'harén' del golfista, modelos, camareras y hasta una estrella del porno, que están aprovechando su minuto de gloria a su manera. Las más discretas se han limitado a reconocer públicamente que mantuvieron relaciones con Woods sin dar más detalles. Pero otras han largado lo que le han preguntado y más. «Ahora me doy cuenta de que sólo me quería por el sexo, sólo me llamaba para eso, me usaba como su juguete. Pensé que significaba más para él, pero era todo lujuria. Es un hombre egoísta y sin corazón», ha dicho Mindy Lawton, una camarera de 33 años, que se atreve a decir incluso que Woods era infeliz en su matrimonio. «No le pregunté sobre ella (su mujer Elin), pero me dio la impresión de que él no era feliz y no practicaban sexo». Cori Rist, propietaria de un club en Manhattan y de 31 años, ha contado que iba a los torneos con él y que se citaban en la mejor suite del hotel. A algunas, Woods las llevó a su propia casa y una jura tener hasta 300 mensajes subidos de tono guardados en el móvil. Claro que las que saben mejor de qué va este negocio mantienen por el momento la boca cerrada, a la espera de que alguien les ponga un generoso cheque sobre la mesa para hablar.

Pero Elin Nordegren no necesita saber más. Cuando la cuenta de amantes ha ascendido a nueve ha hecho las maletas y ha abandonado a su marido.

La pareja se casó hace cinco años y tiene dos hijos. Hasta ahora se habían mostrado discretos y se habían cuidado de aparecer como una familia feliz.