La propiedad se plantea no hacer las mejoras si continúan «las trabas»

Cuando a una localidad se le ha conocido históricamente como la Ciudad de los Cien Palacios, el visitante se puede esperar un lugar cargado de eso, de monumentos llenos de lustre. Pero, cuando el municipio carece de herramientas urbanísticas -tales como un PGOU (esperado desde hace once años), o un Plan Especial de Casco Histórico- cualquier iniciativa que se proyecte se convierte en un quebradero de cabeza. Pero, el caso del Palacio de Vizarrón, como también se conoce a la Casa de las Cadenas, es aún más enrevesado. El inmueble está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y, además, su demolición trasera aún se encuentra dirimiéndose en los tribunales. La protección urbanística que existe sobre el edificio complica algo más que se intervenga en él. La promotora lo ha intentado pero hasta el momento le ha sido imposible.

Hato Verde compró la casa en septiembre de 2007 por diez millones de euros al anterior propietario, José Pinto. Su idea, una vez que se realoje a los vecinos, es hacer la rehabilitación y construir apartamentos y locales para su posterior venta. Pero, según avanza el tiempo y «las complicaciones», como aseguran, se plantean abandonar el proyecto. Primero, el Ayuntamiento se negó a darles la declaración de ruina del inmueble y además no han podido acabar el apuntalamiento porque los locales comerciales de la planta baja no han querido. «Eso ya está en los juzgados», cuentan. En cuanto a la protección afirman: «Cultura tenía que haber intervenido antes si tanto les preocupa el edificio. Al final se caerá y todos pedirán responsabilidades», explica el intermediario.

Según el Ayuntamiento, la única condición que ponen para que el proyecto se ejecute es que se complete el realojo de los vecinos.