Historia de un falso atentado

Un guardia civil, S. M. O., resultó ayer herido de bala en un brazo durante un extraño suceso en las inmediaciones de la casa cuartel de la localidad navarra de Leiza.

Aunque el funcionario aseguró que fue tiroteado por varios etarras cuando éstos fueron descubiertos tratando de atentar contra las instalaciones del instituto armado, Interior apunta a que en realidad es un montaje del agente y que es probable que se autolesionara. Los hechos tuvieron lugar a las 3.30 horas.

El policía, encargado de la seguridad perimetral del cuartel, sostiene que a esas horas sorprendió a dos individuos que manipulaban un supuesto lanzagranadas casero. Siempre según la versión de la supuesta víctima, los terroristas, sin mediar palabra, la emprendieron a tiros y luego emprendieron la huida.

El agente herido en el brazo dio la voz de alerta y, de inmediato, la Guardia Civil acordonó la zona. Fue entonces cuando surgieron las primeras dudas sobre la veracidad de la historia.

Los operativos encontraron un tubo de PVC, que trataba de simular un lanzaproyectiles similares a los de ETA, aunque faltaban todos los dispositivos de iniciación que usa la banda. Las dudas aumentaron cuando en la zona sólo encontraron casquillos de la munición que usa la Guardia Civil pero no de la banda armada. En el Hospital de Navarra, donde fue intervenido el agente, los expertos confirmaron que el disparo que recibió se realizó a un metro de distancia, algo que no casaba con la versión de la víctima.