Los andalucistas dejan a Pacheco «en el pasado» y fraguan una nueva unidad

«Pedro Pacheco es un tema del pasado, y este es un proyecto de futuro». Con esta rotundidad se manifestó ayer la secretaria general del PA, Pilar González, tras rubricar el acuerdo político con el PSA que da a los andalucistas una nueva oportunidad de encarar el futuro unidos, esta vez sin el controvertido político, cartel electoral de los andalucistas en una ocasión, y ahora fuera del partido que fundó al separarse del PA en 2000.

PA y PSA unirán sus siglas a partir de ahora merced al acuerdo firmado ayer entre González y el portavoz nacional del PSA, José Antonio Pino. Aún no han decidido con qué siglas concurrirán a las elecciones, pero González aseguró que tanto en las municipales como en las próximas generales los andalucistas irán en una sola lista. José Antonio Pino dejó claro que el liderazgo de la coalición es de González.

No es la primera vez que el andalucismo intenta una reconciliación. Su historia está plagada de divisiones internas, casi siempre por las diferencias entre sus líderes más emblemáticos: Pedro Pacheco, Alejandro Rojas Marcos y Antonio Ortega. Hoy todos ellos están retirados. Esta fuerza política se llamó PSA en sus orígenes y así concurrió en las primeras elecciones autonómicas y nacionales hasta que en 1986 decidió cambiar el nombre a Partido Andalucista.

Pacheco fue expulsado en dos ocasiones del PA. En 1993 fundó el Partido Andaluz del Progreso, pero se unió al PA en las elecciones de 1994, hasta que en 1996 volvió a este partido. Fue candidato de esta formación en 2000 y en el congreso andalucista de ese año en Torremolinos volvió a romper relaciones, llegando a fundar luego el PSA.

Los andalucistas, que llegaron a tener diputados en el Congreso, en el Parlamento catalán y formó coalición de gobierno con el PSOE durante dos legislaturas en la Junta, se resquebrajaron cuando en las autonómicas de 2008 quedaron fuera del Parlamento.

Tras el descalabro, Pilar González ha retomado el proyecto con el afán de recuperar el protagonismo de una fuerza que llegó a contar con diez diputados en el Parlamento. Ayer admitió que el reto entraña «dificultades, pero las superaremos». Asumió los errores del pasado: «Nunca tuvo sentido la división».

González añadió que el proyecto andalucista es más necesario ahora que nunca, con la crisis y «el paro de un millón de andaluces». Por ello, dijo que su formación aspira a convertirse en «la voz que Andalucía ahora no tiene», ya que, en su opinión, el centralismo del PP y PSOE lo impide.