Estrellas de fútbol por una jornada

Una gota de sudor se escapa de la frente de Miguel y toma velocidad hasta encajarse en la cicatriz de su nariz. Nunca se ha visto en una como esta y por eso el pulso le tiembla cuando un reportero le hace agarrar un micrófono y le pide que se presente a cámara. No puede perder la sonrisa, pero la voz le tiembla cuando él mismo se ve en el vestuario de Chapín, vestido de corto y haciéndole caso a un periodista que acaba de aparecer en su vida: «Soy Miguel Hidalgo, vengo de Vallecas y estoy viviendo una experiencia muy bonita». Y tanto. El BBVA le ha convertido en estrella por un día, pues Miguel es uno de los cuatro afortunados -salidos de un sorteo realizado por la entidad bancaria- que participan en La Jornada de tu Vida que se celebrará el próximo 2 de diciembre en el estadio jerezano durante el descanso del partido entre el Xerez y el Fútbol Club Barcelona.

El objetivo es meter un gol desde el centro del campo, algo que no es demasiado complicado, pero que no está al alcance de todo el mundo. De hecho, Juana Romero Hidalgo, madre de Miguel, no está capacitada y por eso ha delegado en su hijo, pues exactamente fue ella la agraciada para disparar desde el punto central de Chapín. Lo que no tiene muy claro Miguel es que su madre haya acertado con la elección: «No saben lo que han hecho, pero trataremos de meterla. Lo mismo le doy mal y suena la flauta».

Juana no es la primera que confía en un familiar cercano. En ediciones anteriores de La Jornada de tu Vida, ya hubo alguna otra señora que depositó sus esperanzas en su hijo o en su nieto y este le respondió con un emocionante gol en Almería durante el primera chut en un encuentro contra el Real Madrid. «Fue una de las historias más entrañables», recuerda Luis Cardoso, responsable de marketing de BBVA. «El disparo fue cogiendo rosca y llegó casi sin fuerza antes de pegar en el poste. El rechace del metal le dio el impulso suficiente para que el esférico cruzara la línea de gol y el chutador se volviera loco y lo celebrara haciendo el arquero, como Kiko -el ex futbolista jerezano es el embajador del concurso y quien alecciona a los chutadores-. Aquel chico se emocionaba cuando me contaba la satisfacción que suponía devolverle a su abuela todo lo que le había dado durante su vida».

Ensayo general

Después de aquel chut se han celebrado ocho jornadas más y sólo se han logrado cuatro goles en total. Ahora, en Jerez, parece que hay bastantes garantías de éxito. De los cuatro lanzadores, sólo uno no ha delegado en nadie. Los otros tres afortunados han fichado, y casi todos bastante bien, a algún crack que les asegure el premio. De hecho, hay dos ex futbolistas. Javier Suárez ha depositado su confianza en Toño Ruiz y María Salas en Manuel Sánchez, más conocido como Manolo Palomeque: «Tengo 42 años y ya estoy retirado, pero he jugado en el Murcia, en el Salamanca o en el Cartajena a nivel profesional. Aunque nunca he llegado a Primera División, ahora me dedico a entrenar». En el caso de Palomeque parece que la presión ambiental no le afectará, pues para él no será la primera vez que salte al prado de Chapín. «Yo he jugado aquí contra el Xerez en Segunda División B». Sí cambiará radicalmente el premio que logrará si esta vez logra marcar, aunque no tiene muy claro si la persona que ha delegado en él repartirá la recompensa: «El premio es para ellos, pero yo creo que si lo meto me invitarán a una cerveza. La responsabilidad que tengo es que el premio corresponde a otra persona, no es que me ponga muy nervioso el ambiente. Pero siempre el gusanillo se tiene en el estómago, aunque la verdad es que lo veo fácil. Luego influyen muchos factores. Hoy (en referencia al día que entrenaron en Chapín) por ejemplo, el campo estaba un poco mojado en el centro y te puedes resbalar. La presión es por jugar con el posible dinero de otra persona. Eso es lo que más me puede poner nervioso, lo demás no», como demostró desde el círculo central de campo jerezano metiendo un alto porcentaje de sus intentos.

Favorito

Más seguro aún que a Palomeque se veía a Toño Ruiz -único zurdo-, también ex futbolista y lanzador de Javier Suárez. Toño colgó las botas hace cuatro años. Una lesión de tibia y peroné le retiró de los terrenos de juego, pero ahora esta experiencia le hace revivir sus mejores momentos sobre un campo de fútbol. A él se le ve muy seguro, sobrado, quizás demasiado confiado. «Lo importante es centrarse en el balón y pensar que estas en un entrenamiento. La suerte es para los perdedores», afirmaba entre bromas, pero seguro que Miguel Ramón no le hace ascos a un poco de fortuna. Este valenciano que ya hace tiempo que superó la treintena es el único que no ha delegado en nadie, algo de lo que ahora se arrepiente: «Si lo miras bien, pienso que si hubiera confiado en otra persona estaría más tranquilo. Ya no pienso ni en lo que voy a disfrutar. Yo no había jugado al fútbol nada. Sólo cuando era pequeño en el colegio».

Para tratar de compensar su falta de experiencia se ha comprado unas botas como las de Cristiano Ronaldo, pero tras quitarles un poco de brillo con la hierba de Chapín reconoce que lo ve «complicado» porque no es como sus compañeros, «que han jugado al fútbol y están más puestos». Miguel lo tiene muy difícil para llevarse los 480.000 euros (80 millones de pesetas) de premio, pues a pesar de haber pedido permiso para entrenar en el campo de césped artificial de su ciudad, le costaba la misma vida colarla en la portería de Chapín. Él y el representado de Toño Ruiz son los únicos que se pueden llevar el premio máximo (al tener domiciliada su nómina en el BBVA ganarían el doble). En caso de que la cuelen los cuatro -algo que nunca ha sucedido-, tendrán que repartirse un bote de 240.000 euros.

Hasta el 2 de diciembre tienen para practicar. Incluso ese mismo miércoles los jugadores del Xerez les darán unas últimas clases por la mañana, antes de acudir a la comida con los directivos -deberán tener mucho cuidad de no abusar del maridaje-. Luego tendrán tiempo para concentrarse y disfrutar al máximo como auténticas estrellas del fútbol, aunque sea, una única jornada de sus vidas.