Merecido sosiego

Con la vuelta a casa de los tripulantes del Alakrana, que llegan hoy a puerto en las islas Seychelles, concluye el drama humano de quienes durante 47 días estuvieron en el punto de mira de unos bandidos del mar determinados a cambiar sus vidas por el rescate. A partir de ahora, su entorno deberá ayudarles a recuperar la forzosa normalidad, a superar una pesadilla en la que han tenido que encarar situaciones de indignidad muy dolorosas. Pero si por razones judiciales, políticas o mediáticas se proyecta sobre ellos la responsabilidad de esclarecer todos los puntos susceptibles de investigación del largo secuestro, encontrarán dificultades para recobrar el sosiego. Se trataría, además, de un castigo añadido.