Sociedad

En este espacio me siento bien

Según el milenario arte del Feng Shui , la orientación de los edificios, la distribución del mobiliario e incluso los colores influyen en el estado de ánimo y el rendimiento

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Cada vez son menos los que creen que el Feng Shui es un tipo de arte marcial o un nuevo plato del menú de los restaurantes japoneses. No es ni uno ni otro, sino un vocablo aún desconocido para la mayoría que se va colando en las conversaciones sobre arquitectura y decoración. Sus partidarios vienen a decir poco menos que es como la ciencia del bienestar y aseguran que tiene una repercusión directa en nuestro estado anímico y físico. En casa y en el trabajo. Porque es en estos dos espacios cotidianos donde se practica este arte milenario chino que «aprovecha la energía de cada lugar para hacer la vida más fácil a los que lo habitan o trabajan en él».

La explicación se puede simplificar. «Es una cuestión de hacer simplemente las cosas con sentido común», señalan los expertos, quienes aseguran que los efectos de esta práctica son bien palpables: «mayor bienestar en casa y prosperidad en el trabajo».

Y «sin grandes reformas ni gastos importantes». A veces basta con reordenar el mobiliario, porque colocar la cama aquí o allá o pintar la pared de rojo o de azul tiene un efecto más allá del decorativo. «Si damos la espalda a una puerta inconscientemente estaremos inquietos, porque no podemos ver quién entra y eso, al final, acaba repercutiendo en nuestra salud. Y con los colores ocurre lo mismo. Nos pueden relajar, animar, quitar vitalidad...», señalan a modo de ejemplo Micheline Siemsen y Ami Naides, expertos belgas en Feng Shui y psicología del color afincados en Extremadura.

Aunque reducir esta doctrina a un mero ejercicio de decoración, advierten, sería «superficial». «Hay mucho folclore. Hace un tiempo se puso de moda y muchos famosos salieron diciendo que hacían Feng Shui en sus hogares. Decorar el piso es la parte más vistosa, la más popular, pero es sólo la parte pequeña, porque hay mucho más y tiene que ver con la construcción, con cómo orientar una vivienda o una empresa para que sea más próspera», explica Vicente San Juan Antón, presidente de la Asociación Española de Feng Shui, que surgió hace ya casi doce años. San Juan habla de «construir edificios más sanos».

Y a esto se dedica Beatriz San Torkuato, miembro del Colegio de Arquitectos vasco-navarro y una de las responsables del despacho KBarquitectas. Porque antes de pensar en cómo decorar la casa, advierte, hay que analizar el terreno, comprobar encima de qué estamos. «Al levantar un piso o una oficina hay que mirar qué hay debajo, porque la tierra está cargada electromagnéticamente, tiene una potencia brutal y eso va a afectar a nuestra salud».

Para que el común de los mortales lo entienda, «básicamente analizamos si debajo del suelo donde vamos a construir nuestra casa o donde ya vivimos tenemos una corriente de agua o una falla, que generan energía negativa. También es muy importante localizar las líneas hartman, una malla natural por la que la Tierra saca la electricidad. No se pueden evitar pero hay que tratar de no colocar un espacio donde pasemos mucho tiempo, como la mesa del despacho o la cama, encima de un cruce de dos de estas líneas».

Adornos para la pareja

Una vez esquivados estos puntos conflictivos, resta orientar la casa o la oficina para que reciba la mayor cantidad de luz solar -abierta hacia el sur y cerrada hacia el norte, aconsejan-, determinar la forma de la planta -«preferiblemente cuadrada o rectangular, mejor cuanto más uniforme, sin formas triangulares o de ele»- y la altura. «Es preferible estar cerca de la tierra, ¿qué hace un hombre viviendo como un pájaro?», se pregunta la arquitecta. También recomiendan atender a otros detalles que parecen menores pero «no lo son». «Es bueno que en la habitación de una pareja haya adornos por duplicado, como dos cajitas, dos jarrones... No vas a poner la escultura de una mujer desnuda, por ejemplo», aseguran.

En España, son minoría los profesionales de la arquitectura que practican Feng Shui en nueva construcción, pero a nivel internacional suenan algunos nombres, como el de Norman Foster, recientemente galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Desde la oficina del prestigioso arquitecto británico confirman sin aportar más detalles que Foster levantó un imponente banco en Shanghai siguiendo las normas que dicta este milenario arte chino. «Ese banco tiene un Feng Shui increíble. En Hong Kong no hay un solo estudio de arquitectos sin experto en Feng Shui», corrobora Beatriz San Torkuato.

Lo 'ultramegamoderno'

Aunque tampoco hay que irse hasta Hong Kong para encontrar ejemplos de Feng Shui. En Barcelona, por ejemplo, está la sede del Departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya. «Se ha jugado con los colores y la orientación del mobiliario para lograr un recinto funcional sin adornos superfluos y bien ventilado donde entra luz natural y el personal está más cómodo», explican desde la Generalitat.

El edificio es de nueva construcción, pero ha seguido los dictados de los pobladores de la China ancestral e incluso las pautas de construcción «de nuestros ancestros». «Hasta el siglo XX se hacían siguiendo lo mismo que dice el Feng Shui, que es al fin y al cabo lo mismo que decían nuestros mayores. Ellos sabían cómo orientar los edificios para resguardarse del frío y para que entrara la luz». Lástima, dicen los expertos, que «el diseño ultramegamoderno se olvide a veces del sentido común».