CALLE PORVERA

La novela negra del industrial

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No hay tregua en el conflicto entre el Jerez Industrial y el Ayuntamiento de la ciudad. La presente semana está dejando perlas, en forma de declaraciones, que parecen sacadas de cualquier disputa televisiva del mundo del corazón. Si el pasado lunes el presidente de la entidad de la copa y la venencia tildó de sinvergüenzas a los responsables municipales, ayer la delegada de Deportes, Ainhoa Gil le devolvió la pelota con una denuncia que no parece que vaya a servir para calmar los nervios precisamente.

Pero estos acontecimientos vienen precedidos de otros similares que ocurrieron en verano. La entidad deportiva reclama dinero de la subvención correspondiente al próximo curso, para hacer frente a los numerosos gastos que tiene pendientes. Sin embargo sus denuncias no se han parado ahí.

Ricardo García cree que hay una mano negra detrás de las protestas del ex técnico Nico Sosa y de los jugadores -que han exigido su marcha a través de un comunicado-. No dudo de su palabra, pero antes de lanzarse a realizar afirmaciones de ese tipo, creo que debe tenerlo todo muy atado para hablar así. Los responsables del Ayuntamiento ya manejan otros problemas de mayor calado y ahora se les acusa de conspiración. García incluso ha decidido pagar los platos rotos con algunos futbolistas. Más que un problema deportivo esto se está convirtiendo en una trama policiaca. La novela negra toma peso en una actualidad extradeportiva que está marcando, desafortunadamente, el camino de un club que este año debería disfrutar de su primera andadura en la categoría de bronce del fútbol español.

Mucho me temo que hay poco espacio para pensar en que la situación mejore, para ilusionar a los aficionados con la salvación deportiva y económica.