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EE UU sondea varios lugares para internar a los presos de Guantánamo

Thomson, un pueblo depauperado de Illinois, ofrece su cárcel , que compite con otras de lugares remotos

CORRESPONSAL. NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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No hay muchas prisiones de máxima seguridad a la venta en el mercado inmobiliario, pero con el mayor desempleo de los últimos 26 años, el Gobierno de Barack Obama está encontrando un notable número de ofertas para su nuevo Guantánamo.

A la comisión del Departamento Federal de Prisiones encargada de localizar un 'hogar' para los presos de la base cubana le tocó ayer visitar Thomson, un pueblo de seiscientos habitantes en Illinois que tiene algo en común con los presos de Guantánamo. «Estamos en el limbo», le escribió el alcalde de la localidad, Jerry Duke, a la Casa Blanca. El pueblo invirtió en estas instalaciones de alta tecnología 145 millones de dólares (poco más de 97 millones de euros) con la creencia de que traería cientos o miles de empleos. Las constructoras empezaron a levantar casas en los alrededores y los habitantes del pueblo decidieron apostar por ellas. Pero adonde no llegó nadie fue a la prisión de máxima seguridad, que años después sigue sin estrenar. Sólo el ala para presos comunes tiene algunos ocupantes.

Reclusos peligrosos

Fuentes de la Casa Blanca y del Pentágono confiaron a la prensa estadounidense que sólo unos cien de los 215 presos que quedan en la isla caribeña serían traslados a EE UU. El resto se enfrentará a juicios civiles o militares o serán deportados a otros países. Lo que más preocupa a los movimientos de derechos humanos es que el Gobierno admite que no todos los que se trasladen a la nueva prisión habrán tenido algún tipo de proceso. Varios seguirán en el limbo legal del combatiente enemigo que se inventó la Administración Bush. Serán, sobre todo, los presos considerados peligrosos contra los que EE UU no tiene suficientes pruebas como para ganar en los tribunales.

Lo que verdaderamente importa a los vecinos de Thomson, situado a 240 kilómetros al noroeste de Chicago, es que la venta de la prisión recapitalizaría las arcas locales y produciría 2.000 empleos directos y otros mil indirectos, según los cálculos del senador Dick Durbin. «La gente lo está pasando mal para que no les quiten las casa. Con la recesión y la pérdida de empleos no saben si van a poder revertir la situación. Esto les ofrecería una oportunidad para seguir luchando». Y es ese argumento el que logrará vencer los remilgos de los más conservadores, que creen que Illinois acabaría en la lista de objetivos de Al-Qaida.

Otros dos pueblos igual de remotos y depauperados pujan por el nuevo Guantánamo. Son los de Hardin (Montana) y Florence (Colorado), que al paso que van tendrán que pelear también con el ex número dos Dick Cheney, que según dijo su hija Liz a la cadena Fox «sería un gran candidato» para las próximas presidenciales.