El imparable desembarco de cruceristas

Siempre positivo. La suma es el signo por excelencia de las buenas noticias y el muelle de Cádiz está recibiendo varias en los últimos meses, al menos en lo que a actividad turística se refiere. El puerto ha logrado en este 2009 –de enero a octubre– atraer a 203.658 cruceristas, esto es, un 8,94% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Ya superó esta cifra durante el pasado 2008, aunque la importancia de la marca estriba en que aún restan dos meses de pleno rendimiento. De hecho, en noviembre se esperan 22 escalas y en diciembre otras 11, por lo que se prevé que a final de 2009 la cifra total de turistas ronde los 240.000, frente a los casi 225.000 que arribaron en el anterior ejercicio.

Y eso a pesar de que habrá menos escalas que el año pasado, pero con una mayor capacidad de los buques. Así, entre enero y octubre de este año se han contabilizado 194, frente a las 210 del mismo periodo de 2008. Esto supone un descenso del 7,6%.

Imagen de la ciudad

Además, las primeras experiencias de Cádiz como puerto base –esta semana parte el último barco del MSCCruceros de la temporada– demuestran la buena salud del puerto local. También de la ciudad. «Es resultado del esfuerzo conjunto de la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento y todos los ciudadanos», destaca el concejal de Turismo del Consistorio gaditano, Bruno García.

El edil subraya la importancia del dato dada las ganancias que, de media, deja un crucerista que desembarca en el centro histórico de la ciudad, más de 60 euros. Y sobre todo, por la imagen que se consigue proyectar en las miles de personas que pasan unas horas por las calles de Cádiz.

La cruz, que la primera consecuencia resulta insuficiente al sector hostelero, a pesar de que la temporada de cruceros alarga, y mucho, las semanas fuertes del turismo. «Sin que se pernocte y mientras tengan el todo incluido en el barco, la incidencia en el sector va a ser mínima», avisa el presidente de Horeca, Antonio de María.

Para el representante de la patronal, la buena aceptación de esta modalidad turística en la provincia se debe a que es un sector en alza en todo el mundo, los astilleros están a plena explotación y la oferta es, por lo general, cómoda, barata y gratificante. También frena la alegría desbordada con una petición que lleva años resonando en los mentideros de la industria, «habrá que plantearse definitivamente la construcción de una terminal marítima en condiciones».

Cada vez vienen más, de hecho la media de pasajeros por barco ha pasado de estar en torno a 500 en 1998 a 896 en 2008. En 2009 se sitúa en el millar. Así que habrá que brindarles la mejor de las imágenes.