Rossi disfruta en el podio de su nuevo éxito en el Mundial. / EFE
250CC. 125CC.

'Gallina vieja hace buen caldo'

Rossi gana su noveno título Mundial en una carrera en la que se impuso Stoner

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Gallina vieja hace buen caldo. Este fue el lema que eligió Valentino Rossi para las camisetas de celebración de su noveno título mundial. El italiano dejó claro así que, por mucho que pasen los años, él no tiene límites. Además incluyó en su atuendo de celebración un huevo de tamaño considerable en el que pintó el número nueve. No sabemos si este detalle conllevaba un mensaje subliminal, pero en el caso de que lo tuviera, queda a interpretación libre. Il dottore hizo los deberes en el Gran Premio de Malasia y cerró las pocas especulaciones que quedaban sobre sus posibilidades de hacerse con el cetro. Le bastó ser tercero en una carrera en la que la lluvia desarboló los planes de los pilotos y que ganó un Stoner incomensurable, seguido de Pedrosa.

Una prueba que se retrasó por la lluvia, que vivió momentos de incertidumbre tras quedar Lorenzo fuera de la parrilla de salida por un error de comunicación entre el piloto y el equipo tras tener que recurrir a la segunda moto porque la primera no arrancaba. El mallorquín dio dos vueltas en el warm up y se quedó sin su segunda plaza por entrar en el pit lane. Salió último Todo se ponía a favor del de Tavullia antes incluso de que se apagara el semáforo en rojo.

Pero nada más comenzar Rossi cometió un error garrafal. Eligió una mala trazada para la primera curva y pasó de ser primero al décimo lugar. Hasta el balear le adelantó. Tocaba reaccionar. Por lo menos alcanzar a Lorenzo, que iba octavo y convertirse en su sombra. Con dos de las cartas del poker prácticamente en fuera de juego, al australiano le bastó con coger un ritmo fuerte y despegarse del resto para sentenciar la carrera. En la segunda vuelta ya llevaba cinco segundos de ventaja sobre Pedrosa y tenía la victoria en el bolsillo si no cometía errores. La emoción estaba por detrás. Con una pista mojada cualquier error se paga, y Lorenzo tenía poco que perder. Rossi todo lo contrario. Por eso el italiano se convirtió en la sombra del español durante las primeras vueltas. Necesitaba un poco de tiempo para digerir lo ocurrido, para que la pista se secara, y para comenzar su propia progresión hasta alcanzar el podio. Porque 'Il dottore' no concebía la celebración del título sin estar en uno de los cajones. Así, trascurrido un tercio de la carrera, comenzó con su estrategia. Primero marcó su propio ritmo y, tras pasar a Lorenzo que no pudo seguirle, se colocó cuarto y comenzó a rebajar a pasos agigantados la desventaja de más de cinco segundos que el llevaba Dovizioso. La redujo a la mitad a falta de ocho giros pero no le hizo falta arriesgar mucho más porque el segundo piloto de Honda se fue por los suelos y le puso en bandeja el tercer escalón una vuelta después. Tenía el título y el podio en su mano por lo que ya estaba satisfecho y no era cuestión de echarlo todo por tierra por intentar hacerse con la segunda plaza. Stoner cruzó la meta y un mundo después -14 segundos- lo hizo Pedrosa, pero todo el mundo esperó la llegada del nueve veces campeón del mundo, expectante, querían ver a Rossi en pleno espectáculo.