La delegada de Educación inaugura el último centro escolar en Camposoto. /C. C.
SAN FERNANDO

Un colegio que vive en suspenso

Camposoto tiene una parcela a la espera de que la Junta ratifique oficialmente la creación de un centro educativo

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Con paso firme, pero lento, demasiado lento. Así marchan las reivindicaciones de los padres de la zona de Camposoto que demandan un nuevo equipamiento educativo ante las previsiones de que el próximo año serán más de 50 los niños que se quedarán sin escolarizar en el entorno, al que hay que sumar los 40 que se marcharon a otros centros con la promesa de que el próximo año estarían en un colegio cercano a sus domicilios.

El Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han acercado posturas y sólo faltan unos trámites para que el proceso se ponga en marcha. El Gobierno municipal está dispuesto a ceder una parcela y Educación a aceptarla siempre que se rescate, ya que se encuentra en manos del Obispado, y se modifique el uso de parte del suelo.

¿Cuál es el problema? Que el Consistorio no puede iniciar los trámites para rescatar el suelo a menos que tenga una contestación oficial y por escrito de las intenciones de Educación. Un documento que la delegada del área, Blanca Alcántara, pensaba remitir el pasado jueves, día en que volvió a visitar la futura ubicación del centro. Sin embargo, el documento no llegó y Educación volvió a dar un nuevo plazo, esta vez de diez días, para cerrar los estudios de viabilidad y remitir tal escrito.

La demora no ha sentado muy bien entre los padres, que ven cómo pasan las semanas y el colegio sigue sin ser una realidad. La portavoz del grupo, Cristina Cuetos, ya ha manifestado su intención de estudiar nuevas medidas de presión, en el caso de que el último plazo dado por Educación no se cumpla. Cuetos aseguró: «se ha luchado mucho por conseguir el nuevo centro y no se van a bajar los brazos. Si no hacen caso, se volverá a presionar con protestas o manifestaciones». Aún así, los padres prefieren esperar, ya que son conscientes de la buena voluntad de la administración pública.

El terreno se encuentra junto al centro cívico Hermana Cristina y consta de 11.000 metros cuadrados. Ya había sido cedido por concesión al Obispado de Cádiz para la comunidad de Neocatecumenales, que finalmente tendrán que instalarse en la Huerta de la Compañía por ser la única parcela disponible en este sector. Sin embargo, la recuperación de la propiedad no se realizará hasta que Educación ratifique de forma oficial su intención de construir un centro educativo en la zona.

Además, debe solventarse otro escollo, un cambio parcial de uso del suelo: de zona verde a zona para equipamientos. Los padres esperan ahora que los trámites se agilicen cuanto antes para que el colegio, que en un principio contará con tres líneas de infantil, pueda estar listo el próximo año escolar, algo muy complicado a causa del proceso administrativo que debe superar para comenzar los trabajos.