ESPAÑA

País Vasco y Cantabria normalizan su relación para ser «aliados modélicos»

Las dos comunidades superan la etapa de frialdad de Ibarretxe y firman un acuerdo de colaboración

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Con grandes dosis de teatralidad, Patxi López y Miguel Ángel Revilla escenificaron ayer el «nuevo pacto de vecindad» suscrito entre Euskadi y Cantabria. Y lo hicieron de manera efusiva. El mejor ejemplo fue el abrazo con el que el presidente cántabro atenazó al lehendakari al acabar la rueda de prensa que ambos mandatarios ofrecieron en el Palacio de Sobrellano, en Comillas, después de firmar un protocolo de colaboración entre las dos autonomías. Fue el gesto culminante y algo embarazoso de un acto con el que los dos dirigentes simbolizaron la normalización de relaciones entre las dos administraciones tras años de incomunicación al más alto nivel.

La sintonía entre Revilla, líder del Partido Regionalista de Cantabria, y Juan José Ibarretxe fue nula. Ni una sola reunión bilateral. El propio presidente cántabro admitió el jueves que el anterior inquilino de Ajuria Enea había intentado el acercamiento, pero que él se había negado. El motivo: su postura «contraria» a España. Ayer todo fue diferente, de una cordialidad extrema. De no querer verse a organizar una cumbre al más alto nivel y de nombre grandilocuente: I Encuentro institucional Gobierno de Cantabria y Gobierno vasco.

Apretón de manos

Un encuentro que, sobre todo, tenía un objetivo. «Darnos la mano», admitió el lehendakari durante una rueda de prensa que se convirtió en una sucesión de halagos mutuos. El primero en tomar la palabra fue Revilla. Fiel a su estilo, el presidente de Cantabria aseguró que la presencia de López era algo «muy importante en lo personal», afirmó que siempre había «soñado» con una reunión similar y recordó los «siglos de convivencia» entre los vascos y los cántabros.

La loa no acabó ahí. Sostuvo que los «héroes actuales» son López «y todos los Patxis» que hacen frente a los «psicópatas de ETA». «Son los que levantan la bandera de la dignidad y la libertad», enfatizó Revilla, quien vaticinó que su interlocutor pronto podrá caminar «sin escolta». «Pero mientras tanto, Patxi, espero que te cuides porque gente como tú es imprescindible», proclamó el presidente de Cantabria en una frase que resumió el ambiente que rodeó la fraternal cita.

Aunque era complicado, López intentó mantener el nivel. Habló de los que en Euskadi «arriesgan su vida» y se mostró convencido de que ETA ha sido derrotada. Pero, sobre todo, se esforzó en destacar la nueva etapa de colaboración. «No queremos vivir de espaldas», resaltó el 'lehendakari', quien abogó por un «pacto de vecindad» y por convertir a Euskadi y Cantabria en «aliados modélicos». Si Revilla había dicho que la reunión era un «sueño», López la definió de «casi una fiesta». Terminó la rueda de prensa. Y el líder cántabro exclamó: «Y ahora un abrazo». Y se lo dieron. Revilla aprisionó por la cintura al lehendakari, quien respondió aguantando el tipo y poniendo sus brazos alrededor de la espalda del presidente cántabro. Con las caras pegadas, ambos posaron ante los fotógrafos y cámaras de televisión.

Minutos antes, y durante espacio de una hora, las dos delegaciones se habían reunido en una sala anexa para discutir algunos de los puntos incluidos en el protocolo, un documento centrado en potenciar los lazos de unión en cuestiones como las infraestructuras, la educación o la sanidad. «No se trata de cosas etéreas, sino que estamos en el terreno de lo concreto», enfatizó López. En todo caso, la mayoría de las iniciativas propuestas están ya en marcha o en estudio.