Ensayo a puerta cerrada de la reunión con Cabaña en la sede provincial

La alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, no ha querido dejar a la improvisación la reunión que ha de mantener, junto a la totalidad de su equipo de Gobierno, esta tarde en la recién inaugurada sede del partido socialista en la capital gaditana, y en la que ejercerá de anfitrión el secretario general en la provincia, Francisco González Cabaña. Ni corta ni perezosa reunió a sus delegados, díscolos y afines, en la mañana de ayer en el Consistorio jerezano para procurar que los trapos sucios, al menos, sufrieran un primer prelavado antes de pasar por la centrifugadora de la ejecutiva provincial.

Claro que no debió de ser precisamente balsámico el efecto producido, por cuanto, tras finalizar este primer asalto en campo local, las dos facciones abandonaron el Ayuntamiento separados «por tendencias» y sin mezclarse demasiado. Casi, casi, como en el día a día.

La reunión de esta tarde se produce tras la mantenida entre Pilar Sánchez y González Cabañas este pasado fin de semana en Benalup, según ambos a petición de la alcaldesa y en un tono «de lo más cordial», según reconocía a LA VOZ el presidente de la Diputación y máximo responsable de los socialistas en la provincia.

Se impone así el calendario fijado desde la ejecutiva regional del partido, en la figura de Luis Pizarro, que marcó tanto la hoja de ruta en forma de reuniones y gestos públicos como los mensajes que debían trasladarse a la opinión pública para zanjar una crisis que amenaza con paralizar la acción de gobierno en la ciudad y con acabar dinamitando una alcaldía clave en el rédito electoral para los socialistas por la propia importancia de la ciudad y por representar una de las llaves para la gobernabilidad en la Diputación.

González Cabaña se ha encargado de recordar lo mucho que los socialistas jerezanos, a su juicio, han hecho por esta ciudad y lo mucho que aún tienen que hacer, rebajando en todo momento el tono de la rebelión o motín, como se ha calificado, por el de un simple desencuentro provocado por el roce diario entre los componentes de un mismo equipo de trabajo, léase Gobierno municipal.

Los delegados «díscolos» han acusado a Piar Sánchez de intentar cerrar la crisis abierta en falso mediante este tipo de reuniones internas, justo lo contrario que buscaban cuando acudieron a Cabaña para denunciar «las formas y la manera de gobernar» de su alcaldesa, a la que han tildado de «prepotente y poco comunicativa» a la hora de abordar las estrategias locales.