Jerez

La calle donde reside la Pastora Divina

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Cuenta la tradición que fue en el siglo XVIII San Isidoro de Sevilla, fraile capuchino, quien vio a la Virgen desde el coro de la iglesia donde oraba. La Virgen estaba sentada en una roca, rodeada de ovejas, pastoreando el rebaño. Así que, de esta forma, toma la advocación de Pastora Divina la Virgen dentro del seno y el espíritu seráfico de los hermanos capuchinos. Y llegó a la ciudad de Jerez como consecuencia de la misión que la Orden Menor Capuchina desarrollaba desde el siglo XVII y que está asentada en el viejo convento religioso que da salida de la ciudad de Jerez hacia Sevilla. En la zona donde hoy en día se ubica el convento, hubo uno carmelita llamado de San Benito. Y anteriormente a los carmelitas, estuvieron los monjes benedictinos algunos años antes, en el siglo XVI.

Hoy en día, la calle poco tiene que ver con el clima orante de San Benito, aunque sí es cierto que el lema Ora et Labora se ha asentado, al menos, en la segunda parte de la frase. Es decir que muchos jerezanos se ganan el sustento cada día en la calle que preside la Divina Pastora. Lo de orar, dejémoslo para José Manuel Mancilla que le queda un cuarto de hora con la oficina financiera abierta. «Al menos vamos a cerrar unos meses a ver qué pasa. Porque tal y como está la tema, me temo que no podemos ofrecer muchos préstamos. La cosa está bastante mal», asegura. El despacho estará cerrado en una semana y se espera que a la vuelta del verano los «brotes verdes» sean ramas robustas cargadas nuevas yemas y vida.

Mientras la cosa remonta, hay que asomarse a Valmar. Es un establecimiento del que poco podemos contar. Pues cada vez que se asoma la nariz en la tienda siempre hay tres o cuatro clientes esperando. Con lo cual, el dependiente no tiene tiempo para respirar. El negocio va bien. Qué duda cabe. Y mientras, los decodificadores, las antenas y las pilas van saliendo como churros un domingo por la mañana.

Los Cisnes

La Divina Pastora mira de reojo a sus hijos una mañana más. Los coches no dejan de pasar frente a lo que fue la bodega de Valdespino, actualmente comprada por una promotora que construirá pisos de lujo con garajes subterráneos. Así que ya no huele a vino, ni tan siquiera a cemento porque la obra no se ha iniciado. Y al fondo, un Carrefour Expres ha tenido que cerrar por falta de personal que compre. Las cosas que pasan en Jerez, que hasta una gran superficie puede quebrar. Sin embargo, Eva Fernández lo está intentando. Una chica emprendedora que ha cogido de nuevo el bar Los Cisnes para reflotarlo. «Acabo de terminar la carrera. Pero ahora tengo claro que si quiero trabajar tiene que ser aquí en el bar. El local pertenece a la familia. Siempre estuvo alquilado y siempre hubo un bar. Ahora, todo queda en casa y Eva Fernández levanta la persiana cada mañana para servir los cafés que hagan falta. «Desayunos por la mañana y comidas caseras durante el día. Croquetas caseras y albóndigas con tomate, que están riquísimas», comenta.

Los vecinos parecen que han desaparecido de esta zona. Los famosos bloques de Divina Pastora están chapados y rodeados por rejas de forja negras. Separados del resto del mundo. Como aislados de la vida cotidiana de la calle. Si pretenden entrar en algún bloque, más les vale que sigan las señales porque los bajos parecen un poco laberínticos. Y para señales, las que se pueden encontrar en Suministros López que casi venía de serie con la urbanización. «Pues desde el año 82 estamos aquí», comenta Mario Tenorio. Nada menos.

Señales

Al comienzo eran repuestos para vehículos, pero la cosa ha ido evolucionando y la marea del negocio les ha arrastrado a la venta de señales de tráfico y todo tipo de cartelería, excepto las de Semana Santa. Entrar en la tienda es un poco volverte loco. Si pretendes cumplir con el código de circulación, harías más movimientos que Chiquito de la Calzada contando un chiste. Prohibido pasar, gire a la derecha, permitido el paso sólo a residentes, atención: rotonda, cuidado con el perro, precaución: animales salvajes sueltos, se estrecha la calzada, obras: prohibido ir a más de 50 kilómetros por hora. Prueben a hacerlo todo a un mismo tiempo… el baile del venao se queda en un simple juego de niños.

Mario Tenorio parece que no lo ha intentado nunca. «Bueno la verdad es que el negocio resiste por nuestra seriedad en el trabajo. Lo que ocurre es que nuestros clientes fuertes eran las constructoras. Así que ahora te puedes imaginar cómo estamos. Pero seguimos adelante», opina nuestro hombre. Una tienda de buenos profesionales. También se personaliza cualquier cartel que el cliente quiera colgar. Pongamos por ejemplo, «cuidado con el Velociraptor». Mario afirma que «en una ocasión lo hicimos. Imaginamos que era para una broma que el cliente quería gastar a alguien».

Finalmente nos encontramos a Manuel Lara. Electro Lara es un clásico en Jerez. En la tienda encontramos menaje, pero también afeitadoras, batidoras, freidoras, microondas, tostadora, sandwicheras, cafeteras, termos, cepillos de dientes eléctricos, aspiradoras, planchas de cocina, planchas de ropa, centro de vapor… Sí, todo se usa y todo se encuentra en el hogar de un ciudadano medianamente civilizado. Manuel Lara bromea con una clienta. Inmediatamente se acerca y nos comenta que «lo más importante es que tengamos una buena sintonía con las personas que se acercan. Y, por supuesto, que los electrodomésticos que nos traen queden perfectos». Porque en Lara, además de vender nuevos, se arreglan los viejos. Pero la vida en la tienda de Manuel Lara tendrá que esperar toda una semana porque esta calle da para una segunda parte.