La cinta se podrá ver en España en junio. / EFE
AUDREY TATOU ACTRIZ

«Coco era una heroína de novela»

La inolvidable 'Amelie' interpreta a la mítica diseñadora gala

| MADRID Actualizado: Guardar
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De hada de Montmatre a toda una leyenda de la moda. Audrey Tautou sonríe cuando le preguntan si interpretar a Coco Chanel en su juventud hará olvidar al gran público el personaje que cambió su vida, Amelie Poulain. «¿Por qué queréis olvidaros de Amelie? Yo nunca la voy a dejar de lado. Hago mi trabajo y espero tener credibilidad en los distintos personajes que me ofrecen», comenta la menuda actriz en la presentación de Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel, drama romántico dirigido por Anne Fontaine que llegará a España el próximo 5 de junio.

Tautou se suma a las biografías fílmicas, últimamente muy de moda en el cine francés -Edith Piaf y Mitterand-, al meterse en la piel de la fundadora de Chanel antes de que ésta alcanzara la fama. Sus expresivos ojos negros y su maravillosa sonrisa es lo que más llama la atención de esta actriz de 32 años que, como la mítica creadora, nació en la Francia profunda, en la región de Montlucon.

A punto de convertirse en la imagen del famoso perfume número 5 de la Casa que dirige Karl Lagerfeld, Tautou confiesa que no le interesa mucha la moda y que apuesta por la simplicidad en su día a día. Y no hay más que ver el atuendo que escoge en su encuentro con los medios -pantalón beige ancho, amplia camisa de cuadritos y sombrero de paja-, ante los que luce un corte de pelo que le da aspecto de chiquillo desgarbado. «No es que no me guste la ropa, pero antes de ir a un desfile voy a un museo o me quedo leyendo un libro. En este territorio sale mi lado salvaje porque no me gusta seguir el rebaño, prefiero andar mi propio camino», expone. Gabrielle Coco Chanel. Su paso por el orfanato, sus pinitos como cantante de vodevil y costurera y el triángulo amoroso que vivió con el aristócrata Étienne Balsan -Benoit Poelvoorde- y su amigo Arthur Boy Capel -Alessandro Nivola-, su gran amor. «Se han dicho tantas cosas de Coco Chanel. Increíble, distinguida, visionaria, única...Coco era una heroína de novela, una persona extraordinaria. Es difícil separar, pero entre la amante, la creadora o la mujer, yo me quedo con la mujer», advierte la actriz ante este nuevo reto.

Provinciana y chic

Venus, salón de belleza, que le valió el César a la mejor actriz; El código Da Vinci, su debut en Hollywood; Una casa de locos, Largo domingo de invierno y Un engaño de lujo, son algunos de los títulos de la intérprete que hizo uno de los personajes más famosos del cine francés. Feliz con el mantón de Manila que se ha comprado en nuestro país, Tautou no espera «nada» de este biopic basado en la biografía que Paul Morand escribió sobre la mujer que dejó respirar a las féminas. «Nunca espero nada, hago las cosas tranquilamente y sin dar importancia a la repercusión que puedan tener. Con Coco Chanel tengo en común la independencia, también del oficio. No quiero engañar a la gente, no me da miedo salir fea en la gran pantalla, sólo me interesa salir guapa si el personaje lo requiere. Es terrible estar sujeta a la dictadura de la belleza y de la imagen», subraya.

No quiere renunciar al anonimato y tampoco a la libertad, por lo que interpretar a la diseñadora que inventó a la mujer moderna no ha cambiado su vida. «No sé cuántos Chanel tenía en el armario antes de hacer la película, no los he contado, pero no tengo más después de haber hecho el filme», advierte esta actriz encantada de tener que cantar y bailar en el filme. «Fue divertido y no me resultó nada difícil porque como se supone que Coco lo hacía bastante mal...Otra cosa fue coger el aguja y el hilo, y eso que mi abuela me enseñó a coser y alguna vez hice mis propios diseños», recuerda.

Tautou alaba «el talento y la singularidad» de este icono que murió en enero de 1971, a los 87 años. «Podría interesarme ser una Coco Chanel al final de sus días, en su soledad, cuando se convierte casi en una caricatura de si misma, pero tendría que esperar cinco década para hacerlo», advierte la actriz, para quien Coco accedió a su independencia «por el trabajo. La paradoja es que no creo que las mujeres que pueden comprarse un Chanel se maten a trabajar...», concluye.