vuelta de hoja

Arte de esperar

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Cuentan de Santa Teresa de Jesús, aunque ya no queden testigos presenciales, que en cierta ocasión la sorprendieron sus monjas bordando unas minuciosas labores. No pudieron ocultar que les pareció algo impropio en una persona que confesaba que moría por no morirse, tal era su impaciencia por tener el gusto de ser presentada a su Creador. Se disculpó la santa:

-Cosas son estas para entretener la espera -parece que dijo.

Bruselas augura que el PIB español caerá un 3,2 al final de este año y un 1 por ciento al próximo. ¿Cómo entretenemos la espera? Sólo hay dos formas: haciéndole caso al ministro de Trabajo, señor Corbacho, que cree que la cifra del paro disminuirá a partir del mes que viene, o pensar en la candidatura olímpica de Madrid. Hay corazonadas que anticipan sucesos venturosos.

El deporte, si es que nuestras ilusiones no se desprecian olímpicamente, puede ayudarnos de un modo decisivo. Fue Giraudoux el primero que se dio cuenta, después de los griegos, claro, de que el deporte podía ser «el esperanto de todas las razas». Un idioma común capaz de delegar en el cuerpo algunas de las virtudes más cotizadas del alma, como la energía, la audacia y la paciencia.

Los Juegos de 2016 no son cosa de juego. Habremos superado la crisis, pero algunos también habremos superado la edad apropiada para ser espectadores. Entre nosotros hay un deporte rey, que es el fútbol, y muchos deportes súbditos. Así como en otros tiempos el monosílabo más coreado era Dios, ahora el grito más unánime es gol! pero una Olimpiada es algo más. Necesita atletas, no sólo voluntad política. Hay que contar con ellos, no sólo con nuestra garantizada hospitalidad. Esperemos.