La Junta debe decidir esta semana si desbloquea el proyecto de acuario en Puerto América

El proyecto de un grupo de empresarios gaditanos para crear un complejo marino de acuarios en la Punta de San Felipe vivirá esta semana los días definitivos, los que permitirán conocer si la iniciativa sigue adelante o cae derrumbada ante las distintas dificultades burocráticas. Tres reuniones marcarán la supervivencia de este ambicioso proyecto empresarial, turístico y educativo.

La idea de los emprendedores, reunidos en el grupo Eventos Marítimos de Cádiz, es aprovechar el edificio de Puerto América, abandonado durante 16 años, para crear un centro de 22 acuarios de agua salada, en el que se recrearían especies marinas tanto de la Bahía de Cádiz como de otras zonas del litoral español.

José Antonio Alcántara, portavoz del grupo de inversores, asegura que la inversión estimada es de cinco millones de euros y que el plazo de obras podría ser inferior a los doce meses, puesto que no hay que construir ni cimentar. «Es una obra de adaptación, profunda, pero de reforma».

El único escollo técnico es la creación de canales de agua salada que abastecerían a los acuarios, para los cuales son necesarios trabajos de perforación.

El diseño arquitectónico es obra de Rafael Otero y está cerrado desde 2008. Los contenidos marinos del acuario contarían con la supervisión del biólogo José Luis Pérez, del parque natural de Los Toruños. La Universidad de Cádiz, también colaboraría con los contenidos y con la programación estable, orientada tanto a la atracción turística como a las actividades científicas y a las visitas escolares programadas.

El plan está ya en poder del Ayuntamiento, pero esta semana debe superar tres trabas administrativas fundamentales.

La primera es conseguir que el Gobierno local apruebe la concesión del inmueble de Puerto América a este grupo de empresarios. Hoy está previsto un encuentro previo entre el arquitecto municipal, Alejandro Jones, y el portavoz del grupo emprendedor, para conocer las condiciones previas a la decisión municipal. El segundo escollo, y pieza maestra para que todo encaje, es lograr que la Junta de Andalucía, a través de su Consejería de Obras Públicas, prorrogue el permiso de utilización del inmueble (de propiedad autonómica) al Ayuntamiento.

El acuerdo actual expira en 2015. Ese plazo de seis años es demasiado corto para los empresarios. «En esas condiciones es inviable». Necesitan una prórroga para poder amortizar primero su inversión, de cinco millones de euros, y tener plazo, posteriormente, para obtener rentabilidad.

Mañana está previsto un encuentro en la Delegación de Obras Públicas de la Junta, en el que los impulsores del proyecto podrán conocer la situación administrativa concreta a la que se enfrentan. Por último, la Autoridad Portuaria debe dar luz verde al proyecto, en su consejo ordinario de esta semana, y, especialmente, autorizar las perforaciones necesarias (de 6,50 metros) para crear las conducciones de agua salada que precisa el complejo marino.

Alcántara, que mantendrá esta semana contactos con todas las instituciones públicas implicadas, espera que «estén por la labor para poner en uso un edificio abandonado durante 16 años». Si llega el apoyo esperado «en junio podrían comenzar las obras, por lo que el complejo podría ser una realidad en verano de 2010».